«Si creen que vamos a consentir como nos quitan los derechos que hemos conquistado en los últimos 40 años, van a salir escaldados». De esta manera tan rotunda se expresó este jueves la responsable de servicios en CCOO, Lola Villalba, encargada, a su vez, de representar al sindicato en la mesa de negociación para el alumbramiento de un nuevo convenio de hostelería. Una rotundidad, refrendada por once reuniones que han sido en vano, y que resumen el clima que impera ahora mismo entre los representantes de los trabajadores y la patronal. Llegados a este punto, se requiere de una buena dosis de optimismo para pensar que la huelga en el sector de la hostelería, en plena temporada, todavía es evitable.

Una rueda de prensa conjunta con el representante de UGT, Sergio de Oses, sirvió para poner un calendario que ya está marcado por pasos concretos y que desembocará, salvo acuerdo de última hora, en el registro de la huelga el próximo 18 junio. Previamente, se celebrará una asamblea de trabajadores el día 15 en el Centro Cívico para que los trabajadores ratifiquen el plan de ataque que proponen sus líderes sindicales.

Sirvan como prueba del nivel de crispación que se ha apoderado de la mesa de la negociación las palabras de De Oses. El líder de UGT no dudó en tildar de «rancia» a la parte que representa a Aehcos en una mesa que, vista las pruebas, tiene mucho más de discordia que de negociación. Volvieron a denunciar los sindicatos la falta de poder del presidente de Aehcos, Luis Callejón, señalando que «tiene las manos atadas», y que sólo se mueve en función de lo que le indican «desde la sombra». «Si es complicado llegar a acuerdos cuando hablas con alguien de frente, es prácticamente imposible cuando los empresarios que realmente mandan no están en la mesa», explicó Villalba para subrayar un argumento que han hecho suyo desde, prácticamente, la primera reunión: los empresarios experimentados que mandan de verdad se sientan en una mesa paralela.

Un hecho, sin embargo, que rebatió Aehcos en un nuevo comunicado que emitió a primera hora de la tarde, y en el que se apuntó a que la bisoñez se sienta en la parte de los sindicatos: «Apuntan a que en la mesa debe haber hoteleros que conozcan al sector. Hay que aclarar que los representantes de Aehcos presentes en la actual mesa de negociación llevan trabajando en el sector desde que tenían 16 ños, por lo tanto cuentan con una experiencia sobrada en el sector y años de negociación. Sin embargo, cabe resaltar que es el vocero de UGT quien se estrena en esta actividad». Viendo el lenguaje que utilizan ya ambas partes, ninguna muestra, a estas alturas, un especial interés por rebajar los ánimos.

A efectos prácticos, así lo avanzaron los sindicatos, la huelga se estructuraría en paros de varios días consecutivos durante los meses de verano. Sus representantes hablaron, concretamente, de «finales de julio, agosto y septiembre». Por el camino se podría ver afectada la Feria de Málaga. No en vano, el alcalde de la capital, Francisco de la Torre, ya mostró su preocupación sobre las posibles consecuencias e instó a las partes a alumbrar un entendimiento.

Pero la situación es de impasse total. El coordinador federal de Hostelería y Turismo de CCOO, Gonzalo Fuentes, se lanzó en su cuenta de Twitter: «CCOO y UGT convocan una huelga de hostelería en verano, en Málaga, ante la irresponsabilidad de la patronal. Todo ello a pesar de la bonanza turística que vive el sector turístico, con récord de beneficios para las empresas». Aquí, en el trozo de la tarta, radica uno de los principales puntos de discordia. Los sindicatos anhelan una subida salarial del 16% (en cuatro años) y la patronal no va más allá del 8%. Otro punto en el que se mantienen unas posturas, a priori, irreconciliables lo representa la externalización de servicios. Los sindicatos exigen que el futuro convenio plasme la prohibición de externalizar el mantenimiento y la limpieza. «No podemos consentir que haya trabajadores de primera y segunda clase», dijo De Oses, poniendo énfasis en la situación que viven, según él, las camareras de piso.

Los hoteleros, por contra, reman en la dirección opuesta y quieren que se quite el tope que marca el actual convenio, y que fija la contratación de empleados vía ETT en un 10% del total de la plantilla. «La ley no marca limitaciones», recalcó Aehcos en el mencionado comunicado. Los empresarios también aspiran a la posibilidad de realizar contratos inferiores a cuatro horas, al menos, en la temporada de verano: «La ley tampoco pone mínimos, no entendemos porque el convenio sí debe incluirlos».