La soledad, como representación del día a día, se impone como una compañera intransigente, a la que no se quiere dar el gusto de satisfacer, que a veces se necesita, en momentos concretos. Sin embargo, a veces llega para quedarse y en el caso de las personas mayores cada vez es más habitual. La esperanza de vida es mayor, la tasa de envejecimiento es cada vez más alta y el número de hogares formado por una persona mayor de 65 años no deja de crecer. De hecho, en la provincia de Málaga son ya casi 65.000 las personas que superan la edad de jubilación que viven solas, es más suponen un 42% del total de malagueños que residen en hogares unipersonales.

Según la encuesta de hogares del INE correspondiente a 2017, el 10% de los hogares malagueños está formado ya por una persona mayor que vive sola, una cifra que en tres años ha sumado 7.000 hogares más. En la provincia, como ocurre a nivel nacional, son mayoría las mujeres, que suponen un 70% de las personas de más de 65 años que viven solas y que además, según el último informe del Imserso, tienen más problemas económicos y sufren más las consecuencias de la falta de cuidados.

Los mayores que viven en soledad son también los que tienen más riesgo de verse en una situación complicada para llegar a final de mes. Así, un 12% de españoles mayores de 65 años, uno de cada ocho, que viven solos está en riesgo de pobreza o exclusión social, frente al 35% entre las personas de menos de 65 años, según el estudio Focus on Spanish Society, editado por Funcas, que recoge datos publicados por Eurostat.

Estas circunstancias que afectan a la población mayor que vive en soledad se da en toda la provincia, tanto en el entorno rural como en la capital. De hecho, en Málaga ciudad son 23.751 las personas mayores de 65 años que viven solas, según apunta el estudio Personas mayores que viven solas en Málaga, realizado por el Ayuntamiento. El número de mayores de 65 años en la capital ha pasado de 79.229 en 2005 a 99.628 en 2018, lo que se traduce en que un 17,36% de la población en la actualidad es mayor de 65 años y de estos, un 23,83% viven solos. Además, de ellos un 75,45% son mujeres (17.921 mujeres ) y un 24,55% son hombres (5.830).

La causa de esta soledad se debe en algunos casos a la viudedad (28%), aunque, a través de las encuestas realizadas para el desarrollo de este informe, la mayoría de consultados respondió que las circunstancias les habían obligado a vivir solos (32%). Ambos motivos suman la mitad de las respuestas. Con una frecuencia menor, hay otros motivos como la preferencia por una vida independiente (12,6%), no tener a nadie (10,8%) y considerar que se pueden valer por sí mismos (8,6%). Cuando se habla de este tipo de situaciones, el primer recurso al que señalar suele ser la familia. Sin embargo, en este sentido, los datos registrados por este informe aseguran que las relaciones familiares son muy positivas ya que el 38,6% de estos ancianos recibe visitas diariamente por parte de sus familiares y tan solo el 8% no tienen ninguna. Además, cabe destacar que las personas viudas son las que más visitas reciben a diario (45%) y varias veces a la semana (30,1%).

Por distritos, es el Centro de la ciudad donde se concentran las cifras más altas (5.026). Tras este se encuentra la Carretera de Cádiz (4.977), a la que siguen Cruz de Humilladero (4.391) y Bailén-Miraflores (3.010). En contraposición, la zona con las cifras más bajas es Campanillas, que se sitúa al final de la lista con 328 personas, según apunta el informe

Además, hay otros aspectos que afectan directamente a la situación de estos ancianos. En este sentido, la vulnerabilidad de estas personas se ve condicionada por su nivel educativo. De esta forma, aquellos que tienen estudios secundarios o superiores son los que tienen un nivel más alto de protección, aunque solo representan el 30% del total. El 40% no tiene estudios y el 30% restante cuenta con una formación básica.

La relación que tienen con otras personas de su edad hace que su percepción de la soledad varie considerablemente. En relación a este aspecto, los resultados obtenidos muestran que más del 50% de la población objeto de estudio se encuentra diariamente o varias veces a la semana con personas de su edad.

Envejecimiento de la población

Para comprender esta situación, es importante tener en cuenta cómo en los últimos diez años ha ido envejeciendo la población en la provincia. En este sentido, dentro del tramo de pueblos pequeños, en los menores de 20.000 habitantes la población mayor ha crecido más cuanto menor era el municipio, según el Informe comparativo de población de 65 años y más en la provincia de Málaga (2007/2017), realizado por el PSOE malagueño.

En este sentido, en este tipo de municipios con menos de 20.000 habitantes viven un total 47.093 personas mayores de 65 años. En toda la provincia, están empadronadas 272.914 personas con 65 o más años. Los estudios más recientes señalan que en el medio rural el 30% de los mayores de 65 viven solos, según el informe del PSOE.

Recursos institucionales

La situación de soledad en mayores se ha convertido en un problema a nivel general en la sociedad. Hace unas semanas se encontró el cuerpo de una mujer en Valencia que llevaba muerta casi cuatro años en su casa. Así, desde las instituciones se quiere erradicar esta condición para que los ancianos se sientan acompañados en todo momento y tengan, además, ayuda en sus tareas diarias, para que si ocurre algún incidente, estén siempre atendidos. En este sentido, el Ayuntamiento de Málaga, tiene varios programas para la asistencia a estas personas.

«La tercera causa de suicidio en Málaga es la soledad de los mayores», asegura Ruth Sarabia, directora general de Derechos Sociales, Participación Ciudadana, Inmigración y Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento. En este sentido, desde la institución tiene, entre otros proyectos una escuela de fortalezas personales para estos ancianos. Este espacio sirve para potenciar aquellas habilidades y fortalezas que han dejado a un lado para que puedan sentirse mejor. «El Ayuntamiento tiene diferentes programas tanto para darles compañía como para ayudarles en su día a día. Si no pueden valerse por sí mismos, enviamos ayuda a domicilio o ponemos una persona que va a ayudarle con las tareas domésticas», destaca Ruth Sarabia. Además, también se les proporciona ayudas financieras para los pagos básicos de luz y agua.