­Una finca con unas 400 hectáreas de extensión. Un sol generoso. Tierra fértil. Agua suficiente. Si se reúnen estas condiciones, es posible que el producto final sea bueno. Producir un aceite de oliva que destaque por encima de los demás es una tarea sutilísima. Hacen falta primero olivos centenarios. De esos que se miran con actitud reverencial. Nada más empezar las primeras heladas del invierno, hay que protegerlos como al lince ibérico de la desaparición. La sonrisa de un hombre del campo se reconoce en su sencillez. Precisamente por ello, siempre hay algo de extravagante cuando un producto viaja directamente desde Antequera hasta Nueva York. Que se lo pregunten a Perfecto Matas, un joven malagueño de 29 años, que todavía se sorprende del éxito que está cosechando con sus aceites. Bajo el nombre de Legado y Experience, está comercializando un producto que está arrasando en los Estados Unidos, donde ha irrumpido de manera fulgurante en los circuitos gastronómicos. Prueba de ello, el último premio que ha cosechado con Legado la World Olive Oil Competition, algo así como la Champions League de los aceites. Triunfar para la Hacienda de Colchado nunca fue un problema, pero la entrada de Perfecto en el negocio familiar sí supuso el salto internacional.

Después de licenciarse en Economía, el protagonista de este reportaje decidió incorporarse al negocio familiar con la clara idea de expandir una marca que ya contaba con una posición consolidada en el mercado nacional, con presencia en cadenas de supermercados como Carrefour, pero que todavía no trascendía fronteras. Perfecto recuerda los momentos de duda, sobre todo por parte de su padre, ligados a una experiencia empresarial de décadas, y que conoce de sobra las dificultades de cualquier tipo de emprendimiento: «Es muy difícil entrar en el mercado extranjero y exige una inversión muy fuerte desde el punto de vista económico. Mi padre no estaba seguro del todo si iban a salir los números». Ahora, cuando los pedidos no dejan de llegar, el almacén que tiene en el polígono El Viso empieza a quedarse pequeño y los galardones no dejan de llover, este joven malagueño no se deja atrapar por los cantos de sirena. Eso sí, ha tomado ya de lleno las riendas del negocio con una idea muy clara: «Ahora mismo, todo lo que estamos ganando lo estamos reinvirtiendo de nuevo. Mi sueldo no se ha incrementado ni un céntimo desde que empecé».

Con esa filosofía, Perfecto ha podido mejorar los procesos de producción. Optimizarlos plenamente en sintonía con el laboratorio. La moltura de la cosecha está siempre bajo la estricta supervisión de muchos ojos experimentados. Lo que le ha garantizado el éxito no sólo en Estados Unidos, sino también en otros países europeos como Alemania o Francia.

Diferenciación

«El mercado del aceite es un mercado que está muy saturado de marcas. Por ello, optamos desde el principio por un producto de primera calidad, pero que también esté presentado de una manera en la que destaca por encima de nuestros posibles competidores». El resultado, una botella estilizada en verde y varios premios más en las categorías de mejor embalado. «Legado, como su nombre indica, es la máxima expresión de nuestra forma de vivir el olivar, de seguir obteniendo el mejor aceite tal y como lo hacían nuestras generaciones anteriores», resume Perfecto una vocación que le ha sido trasladada por su padre desde la más tierna infancia.

¿Cómo definiría la principal clave del éxito? «El escaso tiempo transcurrido hasta su procesado en la almazara, y la extracción en frío del zumo fresco de aceituna, hace que conservemos intacta la esencia del fruto del que procede. Todo ello, para conseguir un aceite de oliva virgen extra del que estamos orgullosos», resume.

Como novedad para esta temporada, Matas ha lanzado una línea ecológica bajo el paraguas de otra de sus marcas, Malaca, y con la que quiere dar respuesta a una demanda incrementada en este segmento. Así, con la mirada puesta en el futuro, ya ha llegado a las páginas del New York Times.