El tirón inmobiliario de la provincia de Málaga la ha situado en los últimos años como uno de los grandes referentes en la reactivación del sector en España. De hecho, el pasado año fue la provincia donde más viviendas de nueva contrucción se vendieron en función de su nivel de población. Así, según el anuario del Colegio de Registradores, Málaga generó en 2018 un total de 5.812 compraventas de vivienda nueva, lo que la situó como la provincia con mayor actividad inmobiliaria relativa del país en este segmento, con un índice de 3,53 operaciones por cada mil habitantes, por delante de Almería, Guadalajara o Alicante (que se movieron entre 3,2 y 3,3). La media española fue de 1,95 ventas por cada mil habitantes.

En números reales, la provincia malagueña fue superada en este apartado por Madrid (16.972), Barcelona (7.896) y Alicante (5.915) pero en ningún caso se superó el índice relativo de Málaga, cuya pujanza está muy vinculada al elevado número de compras de inmuebles realizadas por extranjeros.

Los datos a nivel general, sumando viviendas nuevas y usadas, también son muy propicios para Málaga, que registró el pasado año un índice de 19,74 ventas por cada mil habitantes, dato sólo superado por Alicante (21,35) y superior a los de Castellón (15,32) y Almería (15,18), que completaron las primeras posiciones del ranking nacional por provincias (todas ellas costeras y de perfil turístico). El índice malagueño fue además muy superior a la media española, que se situó en 11,16 operaciones por cada mil habitantes.

Entre 2014 y 2016, Málaga ostentó la primera posición en este ranking, pero en 2017 y 2018 ha sido superada por Alicante (una provincia donde el peso del turismo residencial es, al igual que en la malagueña, muy significativo) lo que para nada resta valor al gran ritmo malagueño de compraventas.

En cifras absolutas, Málaga fue en 2018 la cuarta de España en número de compraventas con 32.530, por detrás de Madrid (76.636), Barcelona (55.892) y Alicante (38.428) y por delante de Valencia (30.443), Baleares (15.784), Sevilla (17.613), Murcia (16.744), Las Palmas (12.579) y Tenerife (11.813). En España se registraron 516.680 transacciones, con una subida del 11,3% sobre 2017. Los datos, tanto a nivel nacional como en el caso de Málaga, son los más altos desde 2008 (en la provincia hubo más de 42.000 en 2007).

El Colegio destaca en su anuario que cinco provincias españolas concentraron el 45% de todas las viviendas que se vendieron en España el pasado año. Madrid fue la que se llevó la mayor cuota con un 14%, seguida de Barcelona (10,82%), Alicante (7,3%), Málaga (6,30%) y Valencia (5,89%).

Los datos del anuario también ratifican que el comprador foráneo continúa siendo un actor fundamental para el sector, debido sobre todo al atractivo que ejerce la Costa del Sol entre el segmento del turismo residencial. En 2018, los extranjeros compraron unas 9.150 viviendas en Málaga, lo que supone el 28,2% del total de las operaciones. El porcentaje es inferior al de otros años (entre 2014 y 2016 se movió en torno al 34%) por la progresiva vuelta el mercado del comprador nacional, pero sigue evidenciando el tirón de la provincia para los foráneos que desean tener una vivienda en zona costera para las vacaciones o para pasar en ella diversas temporadas al año. Por delante de Málaga en cuanto a peso de compradores extranjeros está Alicante (donde un 40% de las operaciones son de clientes no españoles), Tenerife (37,6%) y Baleares (30,5%).

Los datos evidencian de esta forma, según recoge el Colegio en su informe, que son las provincias costeras del Mediterráneo y las isleñas, «con un alto atractivo del segmento turístico», las que más interés despiertan entre los compradores internacionales.

El Colegio de Registradores, por otro lado, ya comentó hace unas fechas, que sigue sin ver paralelismos con la burbuja de hace una década. «Las características de la demanda poco tienen que ver entre ambos periodos. A lo largo de la burbuja el perfil inversor con búsqueda de rentabilidades a corto plazo estaba muy presente en el mercado. Actualmente predominan los demandantes de vivienda que tienen como objetivo el uso de la misma, así como inversores que buscan la consecución de rentabilidad a largo plazo a través del alquiler. Sin duda, el actual mercado se mueve con unas reglas propias, mucho más racionales y, por tanto, más alerta de posibles escenarios actuales y futuros», afirmaron.