Sólo una minoría de iniciados es consciente en Málaga de que `el omaU´ no es una marca de cerveza. Existe una ciudad en Nueva Zelanda con este `vocálico´ nombre, pero si hablamos de Málaga, se trata del Observatorio del Medio Ambiente Urbano, un organismo administrativo de nueva aparición, del que la mayoría de los malagueños desconoce su función y su ubicación. En realidad está en un sitio espléndido, en el Camino de la Desviación (por el Morlaco) y sus instalaciones, como la cerveza, son de cinco estrellas.

Los responsables de este observatorio observarán que no hay que alarmarse por esta ignorancia administrativa. Los malagueños nos movemos en una tupida selva funcionarial llena de oficinas y organismos, así que tampoco sabemos mucho de entes como la Fundación Ciedes y lo de `comisario europeo´, a algunos les suena todavía a película policiaca.

En la página web www.omau-malaga.com el visitante podrá conocer de qué va este organismo y también encontrará, para su `solaz´, fotografías aéreas espectaculares de toda la ciudad, aunque dentro de unos meses tendrán que hacer otra `pasadita aérea´, porque las fotos han inmortalizado una Málaga llena de nubes, ofreciendo una imagen que no se corresponde con la `media´.

Uno de las curiosidades de esta página es un vídeo casero de Málaga rodado en 1983. Aunque sólo dura unos 17 minutos, la contundencia de sus imágenes confirma el hermanamiento urbanístico de Málaga con Pyongyang. Las imágenes muestran una ciudad desguazada e impersonal, que en la década anterior acaba de perpetrar el hormiguero de la Carretera de Cádiz y otras hazañas que hoy serían objeto de persecución judicial.

El vídeo es también una despedida de la Málaga industrial, con un desfile de fábricas de las que hoy sólo quedan algunas chimeneas, y eso, tras la intensa labor `reeducativa´ de los políticos malagueños, poco dados a mantener `las cosas esas´ de los obreros.

Aparecen todavía los impactantes depósitos de Campsa, que todavía ni se huelen el Parque Huelin, mientras por la avenida de Velázquez pasan pandas, minis y renault 5. El Llano de la Trinidad y la zona de Italcable parecen una tierra fantasmal de Juan Rulfo, mientras en una calle Larios llena de coches se vive una Navidad deslucida. Lo que más choca del Centro Histórico es el mar de anuncios publicitarios que `abducen´todos los edificios decimonónicos.

Tras recorrer un paseo marítimo de la Malagueta en el que no hay playa y las olas rompen a sus pies, llega la zona Este de la ciudad, ofreciendo antiguas mansiones hoy desaparecidas.

La visión de este vídeo deja un regusto amargo. Por un lado, alivia dejar atrás una ciudad gris y apenas sin infraestructuras; por otro, preocupa que, 24 años después, continúen en marcha estrategias urbanísticas de autodestrucción. Ya se las apañarán las generaciones futuras.