Lugar: La Rosaleda. Día: domingo 16 de mayo. Hora: 19.00. Por más que el Málaga-Real Madrid sea retransmitido por Canal Plus, será el momento de ver a una Rosaleda más albiceleste que nunca. Al menos, ése es el objetivo del club de Martiricos, que ha puesto precios ´baratos´ para unos o ´disparatados´ para otros –en función del grado de implicación de la gente con los colores malaguistas– de cara a un choque sin parangón. Al tratarse de un encuentro excepcional, en el que ninguno de los dos equipos puede salir satisfecho –título de Liga para el Real Madrid, permanencia para el Málaga o que los dos se queden sin premio–, las entradas oscilan entre los 120 y los 220 euros, con el objetivo de premiar la fidelidad de los 23.000 socios albicelestes y, al mismo tiempo, de hacer una excelente taquilla. Nada menos que 700.000 euros si finalmente se agota el papel.

Cada socio del Málaga tiene derecho a adquirir hasta dos entradas hasta mañana jueves –inclusive–, de forma que a partir del viernes será el público, en general, el que pueda dirigirse a las tiendas oficiales del club, sitas en La Rosaleda y en el centro comercial Larios, a comprar su localidad. Y en las taquillas el mismo día del partido, si es que quedan algunas de las 4.500 puestas a la venta.

La picaresca asoma estos días a La Rosaleda, donde menos la afición –vetada por deseo expreso de Juan Ramón Muñiz por tercera semana consecutiva al campo–, todo el mundo aparece por las inmediaciones del estadio: desde el amigo o familiar de un abonado que ya ha comprado su entrada e intenta revenderla, al propio abonado que trata de vender su carnet para este último choque –por necesidad de dinero o por ganarse unas pelas– e incluso los curiosos que se acercan ante el incremento de cámaras respecto a otros encuentros.

No obstante, la tónica general es la de ver largas colas en la tienda de Martiricos, con abonados que no quieren dejar la oportunidad de comprar entradas para familiares o allegados –es de esperar que mayoritariamente malaguistas–.

La expectación va en aumento conforme se acerca la hora del decisivo encuentro para el Málaga, que tiene opciones –aunque escasas– de permanecer en la máxima categoría. Por ello, resulta clave que La Rosaleda sea una auténtica ´bombonera´, con unas gradas repletas de aficionados malaguistas, que animen al equipo desde el minuto 1 al 90.

Por mucho descontento que exista entre la afición –que lo hay, y motivos no le faltan– es el último empujón necesario para llevar en volandas al triunfo. Con La Rosaleda totalmente albiceleste, habrá más opciones de ganar.