Tenía la sonrisa dibujada en la cara. Normalmente serio, no era capaz de reprimir toda la tensión acumulada en las últimas semanas. Incluso a veces le fallaba la voz cuando trataba de hablar. Juan Ramón Muñiz estaba feliz. Después de un año de soportar todo tipo de críticas, el asturiano logró lo que se le había pedido a principios de temporada: la permanencia. Sufriendo. En la última jornada. Pero lo consiguió. Tenía motivos para estar contento.

Es más, en rueda de prensa, ya después de haber superado los nervios del partido, Muñiz reconoció que lo ha pasado mal. Como todos los malagueños. "Temí por la permanencia, como todos", dijo el técnico. "Y más cuando juegas con un equipo como el Real Madrid. Eso sí, ahora hay que estar muy contentos y valorar mucho la consolidación de la categoría y de la gente joven que ha entrado en el equipo", ha añadido.

Sacó pecho por su equipo. Por esos hombres en los que siempre ha creído a pesar del aluvión que se les ha venido encima un domingo tras otro. Por esos jugadores que todos los domingos plantaban cara, hacían méritos, pero no ganaban. Los mismos que en algún partido se mostraron más derrotados que salvados. "Ha sido un gran partido. Hemos visto que éramos capaces. El Madrid te puede matar en cualquier momento, pero nosotros hemos respondido. Con ritmo, con carácter y, cuando era necesario, con buen juego".

Le dedica la salvación, cómo no, a su familia. "Estoy muy contento por ellos. Por mi mujer y mis hijas, que han sufrido mucho. También por los jugadores y por sus familiares. Y, cómo no, tengo que agradecerle esto al presidente. Él me dio la opción de disfrutar de este momento", ha comentado.

Preguntado por los planes de futuro, Muñiz fue sincero. "Mi futuro más inmediato es celebrarlo con mi gente. Después, dentro de unos días, nos sentaremos a hablar y planificar la próxima temporada. Se han hecho cosas mal y ahora es el momento de ver, corregir y arreglar. Tenemos la oportunidad de seguir creciendo".

Además, el gijonés ha sido muy claro cuando se le preguntó si repetiría otro año igual. "Claro, lo firmaría. Pero sería hasta malo para la salud. Llevamos oyendo finales desde octubre, es mucho para cualquiera. Yo siempre creí en nuestras opciones, pero la presión es muy fuerte. Otro año sí y nos podríamos morir", apuntó el preparador albiceleste.

Muñiz reconoció que este año ha sido "complicadísimo". "No sé si el más difícil, porque al final siempre recuerdas lo más reciente, pero sí es cierto que ha sido un año complicado. En el cuerpo técnico la gente no dormía. Llgábamos al entrenamiento diciendo que nos habíamos despertado soñando con tal o cual partido. Se sufre mucho en esta situación, pero cuando acabas así hasta merece la pena", ha finalizado.