La intención inicial de Jesualdo Ferreira no era la de que el Málaga realizara una estadía de 12 días en un mismo lugar. Pero las circunstancias mandaron. Debido a que tanto el césped de La Rosaleda como el del Estadio de Atletismo debían ser cambiados, no cabía otra opción que permanecer casi dos semanas en el que ha sido el cuartel general del Málaga durante los dos anteriores veranos. Como en años precedentes, el balance de la concentración en el Gran Hotel de Benahavís ha resultado muy positivo.

El principal aspecto que tienen en cuenta los técnicos a la hora de poner nota a los 12 días de pretemporada es el de la ausencia de lesionados de gravedad. Como es lógico, hay inquilinos en la enfermería –Duda, Apoño, Weligton–, pero ninguno grave, como ocurriera en años anteriores –Iznata, Valcarce, Edgar, Hélder, el citado Apoño, Jordi Pablo...–.

El comienzo de estos 12 días no fue fácil para nadie. El nuevo entrenador, Jesualdo Ferreira, impuso un régimen interno con una serie de normas que debían ser cumplidas a rajatabla, tanto por jugadores como por el resto del personal que trabaja para el club: auxiliares técnicos, fisioterapeutas, utilleros, etc. Y restringió la información diaria, al decidir que los dos jugadores diarios que debían hablar lo harían conjuntamente para todos los medios y que no habría entrevistas personalizadas. Incluso el propio Jesualdo prefirió no hacer declaraciones «hasta tener algo que decir», algo que hizo casi al final de la estadía, tras conocer que estaban ´atados´ el tercer y el cuarto fichajes –el día antes de la presentación de Malagueño y Sandro Silva–.

En total, el Málaga CF ha firmado a cuatro jugadores a lo largo de estos 12 días, aunque seguramente el técnico portugués habría querido que llegaran un poco antes para que dispusieran de más tiempo de cara a la adaptación. No obstante, la llegada de los dos futbolistas mencionados, unida a las de los dos anteriores, Eliseu y Rondón, ha reforzado la calidad de una plantilla que podría completarse con otros cuatro más.

Urge un portero, sobre todo, y un delantero, entre otros puestos por cubrir. Pero también hace falta descartar a una serie de jugadores, ya que a los 22 que comenzaron la estadía se unieron Patrick Mtiliga, uno de los mundialistas –mañana lo hará Duda– y los cuatro refuerzos. De este modo, Jesualdo Ferreira dispone de 28 futbolistas. Si llegaran cuatro más, deberá descartar a 7, ya que sólo se permiten 25 fichas profesionales.

El balón como protagonista

Una de las gratas sorpresas que se ha llevado la plantilla ha sido el protagonismo del balón en casi todos los entrenamientos. El entrenador luso considera que el equipo puede coger la forma utilizando la pelota. O sea, no hay por qué hacer diferentes tandas kilométricas de carrera continua para adquirir el tono físico adecuado. Esta decisión, chocante al principio, fue muy bien acogida por los jugadores.

Cada sesión parecía al inicio un examen diario. Y es que muchos se juegan su futuro, sabedor de que no tienen asegurada su continuidad. Sólo al final de la estadía los futbolistas se han soltado un poco con las bromas, como la que le hicieron al joven Juanmi, de 17 años, el único que ha marcado en los dos encuentros de preparación que llevan, ante el Atlético Malagueño y el Estepona. A Juanmi le afeitaron parte de la cabeza, con trasquilones, y no tuvo más remedio que raparse al cero.

Estos dos partidos han servido para comenzar a conjuntar un equipo que tendrá un trato exquisito con el balón y que, salvo sorpresa, apostará por el 4-3-3, es decir, será muy ofensivo.

Ni que decir tiene que el buen estado de las instalaciones –campo de fútbol, gimnasio, spa o campo de golf, donde un día se ejercitaron mediante un circuito con hasta 14 pruebas diferentes–, además de la climatología, la gastronomía y el trato exquisito de los trabajadores del Gran Hotel de Benahavís también contribuyeron al éxito de la estadía.