Eran las 12.50 horas cuando desde fuera de la sala de prensa de La Rosaleda, mientras esperaban los periodistas y redactores gráficos la finalización de la Junta General Extraordinaria de Accionistas, se oyó una atronadora ovación. El destinatario no era otro que Fernando Sanz, que entre lágrimas ponía fin a 11 años –siete como futbolista y cuatro como presidente– vinculado al Málaga CF. Y se despidió sin desvelar si continuará con el cargo remunerado que quiere para él el jeque qatarí y nuevo dueño de la entidad de Martiricos, Abdullah Bin Nasser Al-Thani.

Aunque se preveía que ayer también se llevara a cabo la toma de posesión de los nuevos dirigentes, no fue así, sino la despedida de Fernando Sanz, el cierre a un ciclo que comenzó como máximo dirigente en verano de 2006, allá cuando mencionó que asumía el cargo con fecha de caducidad.

A lo largo de la Junta General de Accionistas, que comenzó con la máxima puntualidad (12.00 horas) y que duró 50 minutos, se aprobó media docena de puntos en el orden del día. El más importante de todos fue el del cambio del consejo de administración, obligatorio por ley tras la firma de adquisición de las acciones por parte de los nuevos propietarios. Así, Abdullah Bin Nasser Al-Thani ya es oficialmente el dueño y presidente del Málaga CF. Sólo resta que el secretario del consejo de administración de estos años, Francisco Gutiérrez, y el propio Fernando Sanz comparezcan ante notario para elevar a público el acuerdo del cambio de toma de posesión, una vez que los hasta ayer consejeros pusieron sus cargos a disposición del club.

Pero también había otros puntos que necesitaban la aprobación, vinculados al cambio de era en el club malaguista, tales como el hecho de dejar sin efecto la ampliación de capital. Los recientes accionistas pueden elegir entre venderlas al club antes del 30 de septiembre o mantenerlas. En ambos casos, deberán personarse en las oficinas de La Rosaleda, identificarse y cumplimentar un formulario. Las devoluciones se harán por defecto desde el 4 de octubre de 2010 al 30 de junio de 2011. Asimismo, fue modificado el artículo 10 de los estatutos, que prohibía a una persona extranjera ser dueño de la entidad. Y, finalmente, se procedió al cambio y nombramiento del nuevo auditor del Málaga CF, que será a partir de ahora la empresa Erns & Young, séptima empresa privada más importante de EE.UU. Erns & Young se encargará los próximos tres años de la auditoría de la cuentas del club.

Cerca de Sanz se encontraban el director general, José María Fernández Mochón; el jefe de Marketing y Desarrollo, José María Arrabal; el director general de Presidencia, Luis Yáñez; el gerente, José Luis Ruiz; el jefe de Seguridad, Eugenio Lorente; el socio más antiguo, Antonio Berdugo y otros abonados y accionistas ´de siempre´ como los hermanos Juan y Joaquín Jiménez, Jesús Mora –vicepresidente de la Diputación–, Cayetano Utrera –ex directivo– o Antonio González –de Caser–.

Sanz, entrecortado

Y llegó el segundo momento más complicado para Fernando Sanz. Quizás, su ´partido´ más amargo, como fue su despedida final. Tras la Junta General Extraordinaria de Accionistas, reunió a los medios de comunicación para, durante veinte minutos de alocución, expresar sus sentimientos en el momento del adiós, con infinitos agradecimientos.

En primer lugar, mencionó la casualidad de la fecha, un día 27 y el hecho de que se convirtió en presidente ´por accidente´ al ser el yerno del ex máximo accionista del Málaga CF, el malogrado Antonio Asensio. Entrecortado por la emoción, sin hilar bien a veces –como es lógico– los temas, pasó uno de los tragos más duros como dirigente, aunque el peor pudo ser cuando una hora antes había oído llorar a su mujer, Ingrid Asensio, por teléfono mientras le relataba esos instantes de despedida de la que ha sido ´su´ casa durante más de una década.

«Ha sido un peregrinar con grandes compañeros de viaje, que me han enseñado mucho. He aprendido a escuchar. El grupo humano de este club no lo tiene nadie en España. Si fuera por ello, el Málaga CF siempre sería el primero o el segundo de la Liga. Tuve que renunciar a lo que más quería, como era ser futbolista. La fecha de caducidad a la que siempre he aludido ha llegado. Esto del fútbol es como una montaña rusa, en la que un día te quieren y otro te odian, pero yo he sido una persona muy querida».

Durante al menos seis veces Sanz tuvo que interrumpir la intervención, con un nudo en la garganta mientras miraba a algunos miembros del despacho de Garrigues, sobre todo a María José Mora y Julio Senn.

Una de ellas fue cuando mencionó la fecha del 27 de noviembre de 2006. «Fue una fecha dolorosa para este club. Pensé que mi corta carrera como presidente iba a acabar. Estando con María José, con Julio y con Bernardo (Pinazo), me explicaron lo que iba a ser el proceso concursal y todo lo que íbamos a pasar a partir del 27. En esa época aprendí mucho a escuchar. El Málaga se salvó de una situación crítica».

Mención para su mujer

Sanz hizo una mención especial para los tres citados y, a continuación, para su mujer y sus tres hijos. «Tengo que darle las gracias. Ella nunca ha aparecido, pero me ha dado más apoyo del que debía. Ha sido igual de importante que yo en la transformación del club».

Luego, sin nombrarle, ya embargado por la emoción, se refirió a su cuñado, el ex director general y hasta ayer director general de Presidencia, Luis Yáñez. «Lo ha pasado muy mal y le hubiera gustado estar más tiempo aquí –en Málaga–, pero no pudo por circunstancias ajenas a él. Al principio de desembarcar yo aquí fue él quien me guió y fue clave en los inicios de este nuevo Málaga».

Más tarde, se refirió a los empleados del club a quienes calificó como «el mejor equipo». «He hablado o intentado hablar con ellos. Me congratulo de haber mantenido sus puestos de trabajo en un momento difícil. Van a mejorar en muchos aspectos».

Sanz también tuvo palabras para los consejeros. «Se van como yo. Han sido fieles, no han pedido nada a cambio, han sabido comportarse, con un amor al club y a la ciudad. Por eso se decidió en su día que fueran consejeros; por eso también les doy las gracias».

Cómo no, se acordó de la afición. «En 1999, cuando llegué, generando muchas dudas por el pasado en mi antiguo club –hijo de Lorenzo Sanz­–, me acogieron como si fuese mi casa. La imagen del niño con el abuelo –presente en la última campaña de abonados– resume lo que es esta afición. Siempre me he sentido muy querido. Por mucho que haya podido hacer, siempre estaré en deuda». Además, mencionó a los medios: «Manda narices que os tenga hasta cariño». Y deseó suerte a los nuevos dueños antes de almorzar en La Reserva Doce con Paco Martín Aguilar, Luis Yáñez y Pepe Hernández.