­Culto, al igual que Jorge Valdano o Pep Guardiola por poner algunos ejemplos, Manuel Pellegrini es un amante del arte. Además de leer varios libros en paralelo, le apasiona la pintura y suele visitar museos. Es de los entrenadores que sabe desconectar cuando la ocasión lo requiere. Practica el golf y el tenis, le encanta oír música e ir al cine. No bebe alcohol, pero disfruta de una buena comida. La lubina a la sal es su plato predilecto junto a las ostras y las gambas a la plancha. La ensalada la prefiere simple (sólo con tomate y cebolla). Es religioso. Le hubiera gustado ser médico, además de ingeniero y entrenador. La nostalgia la metió «en una caja», dijo hace muchos años. Y es que vive en soledad, lejos de su mujer y sus tres hijos: Manuel José (médico), Juan Ignacio (abogado) y Nicolás (estudiante de Diseño Industrial). En el Málaga CF, donde aplica su férrea y eficaz disciplina, y en Marbella, donde reside, es feliz. El Málaga CF acierta de pleno al ampliarle el contrato.