«El 21 de agosto parece una fecha lejana, pero está cercana». Fue una de las sentencias de Manuel Pellegrini a sus jugadores, a las ocho de la mañana, antes del inicio del primer entrenamiento en el Hotel Golf Campoamor.

El técnico chileno quiere que su equipo llegue en el mejor estado físico posible al arranque de la Liga frente al Barça. Y en el primer día sometió a los 27 integrantes de la plantilla a una paliza física de tres horas y media, divididas en tres sesiones, la segunda de las cuales alcanzó los 30 grados.

Cuando el sol se mostraba con mayor intensidad, no sólo se oyeron truenos, sino que incluso hicieron acto de aparición algunas gotas de lluvia, provocando aún mayor sensación de calor en el ambiente. El tándem formado por Manuel Pellegrini y Rubén Cousillas supervisaba los ejercicios programados por José Cabello.

En la primera sesión, desarrollada en el campo de fútbol número 2, Cabello colocó un pulsómetro a una serie de jugadores para medir la frecuencia cardíaca y saber con qué intensidad se trabaja. Otro grupo contaba con un receptor GPS, que mide la velocidad de carrera. Así, los técnicos conocen el tiempo de duración de la carrera y por qué zonas corre el jugador.

Fueron carreras de variación de velocidad, controlándose los tiempos de descanso. Por parejas (no participaron los cuatro porteros), corrieron Jesús Gámez-Jurado, Sergio Sánchez-Recio, Kris-Weligton, Apoño-Camacho, Toulalan-Maresca, Monreal-Eliseu, Cala-Samu, Joaquín-Duda, Portillo-Toni, Baptista-Buonanotte y una terna formada por Demichelis-Mathijsen y Van Nistelrooy. Tras concluir la prueba, los malaguistas desayunaron. «Para hacer esto nos quedamos en la cama», bromeó un veterano jugador, presumiendo de buena forma física.

Pero la intensidad física no había hecho más que empezar. Tras reponer fuerzas, a las 11.30 horas, se dirigieron hacia el campo de fútbol número 1, el más cercano al Hotel Deportivo, donde se alojan. Los futbolistas realizaron un calentamiento orientado al trabajo de fuerza y a los cambios de dirección. Fue una especie de «gimnasio al aire libre» con varias fases. En primer lugar, hicieron un circuito de fuerza-resistencia, utilizando conos, una especie de «trineos» y vallas, con cierto grado de carga y también de aceleración (salir en carrera). No faltaron los truenos e incluso unas gotas de lluvia. El termómetro marcaba los 30 grados.

La plantilla fue dividida en dos grupos: uno trabajó los tríceps, aplicando el lanzamiento de balones medicinales y la aceleración, y el otro la coordinación y pequeñas aceleraciones con balón: pesas, carga con balón medicinal, pequeño sprint y carreras con el balón dirigido con un pie.

Los futbolistas trabajaron lumbares, glúteos e isquiotibiales y utilizaron tirantes musculadores enganchados a la portería. La última prueba: salto de vallas, aceleración y frenado, golpeo de balón con la cabeza y recepción con las manos. Y estiramientos para desentumecer los músculos, concluyendo la segunda sesión a las 13.00 horas.

En la tercera y última sesión del día los jugadores se ejercitaron durante una hora, con carrera continua, rondos y un partido de 40 minutos de once contra once. Hoy también habrá triple sesión y mañana lunes, una sesión matinal y descanso por la tarde.

La anécdota del día

Casi un equipo de nietos

Paco Martín Aguilar contó que Susana Abella, de Prensa, al enterarse de que el consejero consultivo tiene a 10 nietos en el «Summer Camp» (el campus de La Academia) sugirió el nombre de «Summer Martín».

Antonio Álvarez, técnico de la cantera, no perdió detalle

Un espectador de excepción durante la pretemporada en tierras alicantinas es Antonio Gálvez, joven técnico granadino de las categorías inferiores (infantil, juvenil de Liga Nacional y Regional Preferente) del Málaga CF, que a partir de la próxima campaña será el segundo entrenador de Manel Ruano en la división mencionada en último lugar.

Gálvez, que no pierde detalle de las sesiones, había solicitado a Manuel Pellegrini poder ver los entrenamientos, a lo que el técnico de la primera plantilla accedió sin obstáculo alguno. Es un detalle más de un club que crece día a día y cada vez mejor organizado.

Por Antonio Gálvez han pasado todos los canteranos que han sido juveniles en los tres últimos años, entre ellos el portero José Carlos, el último que se sumó a la estadía.