Manuel Pellegrini no es un técnico de dar muchas charlas a su plantilla antes de comenzar el entrenamiento de turno. Pero ayer no era para menos. Los errores cometidos por los jugadores en los cinco últimos minutos del encuentro disputado ante la Real Sociedad en Anoeta provocaron una derrota de las que escuecen. Y el técnico chileno no quiere que esos fallos en cadena vuelvan a repetirse.

El conjunto blanquiazul había perdido la posesión del balón prácticamente desde la salida del campo de Santi Cazorla, que fue sustituido por Apoño. A partir de entonces, el bloque blanquiazul dio varios pasos hacia atrás, hasta el punto de que el cuadro donostiarra embotelló al malaguista en su área. Al final, llegaron las dos acciones que no querían ver los aficionados del Málaga CF ni en pintura: el gol de Carlos Vela, de chilena, después de una falta (un «plantillazo») cometida sobre Isco, cuyo despeje dejó el balón muerto a los pies del mexicano, que marcó el gol de la jornada. Era el minuto 89. Sólo tres minutos después llegó el auténtico jarro de agua fría: gol de Ifrán después de un error garrafal. El delantero uruguayo aprovechó el enorme hueco que le dejó la zaga malaguista, se quedó solo ante Demichelis, al que hizo un regate, y batió a Willy Caballero.

Manuel Pellegrini confía en que esos fallos de concentración y de intensidad en los minutos finales del choque de anteayer constituyan una raya en el agua, una excepción a la firmeza defensiva.

Es la segunda vez en la presente Liga que un equipo le marca tres goles al Málaga CF (la otra vez fue el Levante en el Ciudad de Valencia, 3-0). Pero es la primera vez que una derrota se produce de forma tan inesperada, en los instantes finales, una decepción similar a la que debió tener el Getafe en La Rosaleda cuando Julio Baptista también marcó de chilena y consiguió para el Málaga CF idéntico resultado: 3-2.

El conjunto dirigido por Manuel Pellegrini ha encajado hasta la fecha once goles lejos de casa en ocho partidos, siendo el octavo equipo más goleado de Primera División a domicilio.

Los once tantos los ha recibido en sólo cinco choques (ante Sevilla, Levante, Rayo Vallecano, Racing y Real Sociedad), ya que en los tres restantes (Mallorca, Zaragoza y Betis) ha logrado dejar la portería a cero.

La charla de Pellegrini a los componentes de la zaga (Sergio Sánchez, Demichelis, Mathijsen y Monreal) duró más de diez minutos. Sergio Sánchez estuvo presente, aunque no tenga culpa de ninguno de los dos goles, ya que había sido sustituido por tener una contractura. A lo largo de la misma, pudo verse al técnico malaguista gesticulando para expresar lo que debían haber hecho en esos tres fatídicos minutos, del 89 al 92. Los cuatro jugadores tenían los brazos «en jarra» durante la mayoría del tiempo, y Monreal se comía las uñas.

Aunque en la rueda de prensa posterior al partido Pellegrini culpó al árbitro, Turienzo Álvarez, de la derrota, el propio técnico sabe que buena parte de este grave tropiezo también se debió a los desajustes defensivos que se produjeron al final y que es preciso evitarlos a toda costa.