Willy Caballero es un hombre feliz. En Málaga ha encontrado el nivel de exigencia deportiva que necesitaba. Llegó el curso pasado del Elche a mitad de temporada, con el cierre del mercado invernal ya cumplido. Pero una inoportuna lesión de Sergio Asenjo le abrió las puertas del Málaga.

La historia del argentino con el conjunto blanquiazul se remonta a temporadas atrás. Ya con Juan Ramón Muñiz en el banquillo intentó firmarlo para que fuera portero del Málaga. Sin embargo, la delicada situación económica del conjunto de Martiricos en esa época evitó su fichaje.

En menos de un año, Caballero se ha ganado el cariño de la afición. El meta se ha convertido en todo un baluarte para el equipo y para la marea blanquiazul. Ahora, con la renovación, amplía su vínculo como malaguista.

«Estoy muy contento y agradecido al club por la confianza que me ha demostrado en todo momento. Me siento muy feliz e integrado a la ciudad de Málaga y este es un paso muy importante en mi carrera profesional. Espero seguir defendiendo los colores del Málaga con la misma ilusión y cariño que la afición me ha demostrado desde que llegué», apunta Caballero, que ahora deberá competir por mantener la titularidad con Carlos Kameni, que también llega con ganas de jugar en el Málaga CF.