Dos años ha tenido que esperar La Rosaleda para homenajear al héroe de Sudáfrica con una cerrada ovación. El estadio malaguista era el único que hasta la fecha no había podido reconocer y mostrar sus respeto al hombre que con su gol consiguió el primer Mundial para España. Salvo en el Bernabéu, por motivos obvios de rivalidad, y en San Mamés, porque coincidió con una dura entrada a Amorebieta antes de su sustitución, Iniesta ha salido como un héroe nacional en el resto de campos de España donde ha jugado. Ayer no fue menos en Málaga.