La «bestia negra» del Getafe, a base de golazos

Primero fue Baptista con su chilena, luego vino Buonanotte con su falta directa y ayer Eliseu, Toulalan y Cazorla para certificar que el Málaga es la «bestia negra» del Getafe, pero eso sí, no a cualquier precio, sino a base de golazos estratosféricos.

­Dicen que los goles son amores y si esta máxima es cierta, los que le marca el Málaga al Getafe son auténticas historias de pasión. El conjunto blanquiazul le ha cogido gusto a eso de doblegar a los madrileños a base de golazos. Esta temporada el Málaga ha levantado todos los partidos contra el Getafe tirando de gusto, mucho gusto a la hora de perforar la portería de Moyá y Codina.

El recital de «chicharros» malaguista contra los azulones comenzó en la séptima jornada. Baptista se inventó una chilena propia de Oliver y Benji para certificar la remontada. Hasta la fecha, el gol de la «Bestia» sigue siendo el más bonito de la temporada. Después llegó Buonanotte en Copa del Rey para lograr, con un soberbio lanzamiento de falta, la clasificación a los dieciseisavos de final.

Y ayer, primero Eliseu con un tanto espectacular desde fuera del área, que si lo hace su compatriota Cristiano lo vemos durante 3 meses; Toulalan, con otro zapatazo inapelable y Cazorla, con una obra de arte desde más de 30 metros, hacen que los de Luis García no puedan hacer otra cosa que mirar y aplaudir.

Martiricos vio buen fútbol por fin... de La Roja, claro

Los aficionados que el pasado miércoles acudieron a La Rosaleda para ver la goleada de España a Venezuela pudieron comprobar que la selección juega a otra cosa bien diferente de lo que están acostumbrados a ver cada 15 días. Las comparaciones son odiosas.

­Es la campeona del mundo y de Europa, tiene una generación de futbolistas esplendorosa, un entrenador que ha entendido la filosofía del equipo a la perfección y sobre todo, que practican un fútbol primoroso. Eso es la selección española actual. Un equipo legendario, que a los que nos gusta esto no podemos dejar de paladear. Y con todos estos calificativos, el miércoles pasado jugó en Málaga un amistoso contra Venezuela.

El encuentro, cómo no podía ser de otra manera, levantó una gran expectación en la ciudad y la Roja no defraudó. Con una Rosaleda engalanada, los chicos de Del Bosque desplegaron todas sus virtudes (que son muchas) a la enésima potencia y pasaron por encima de los vinotinto, semifinalista hace pocos meses en la Copa América. Una «manita» que poco tuvo que ver con la que el Málaga, cuatro días antes, endosó a un Zaragoza en fase terminal.

Las comparaciones son odiosas, pero es normal que muchos se pregunten por qué unos juegan tan bien y otros juegan tan... bueno, dejémoslo en juegan. El claro ejemplo de ello es Cazorla, un hombre que con la Roja sonríe, se divierte y juega como los ángeles, pero cuando se viste de blanquiazul no lo pasa tan bien, aunque ayer sí se lo pasó pipa al meter un golazo que sirvió para cerrar el 1-3 final.

El Málaga debe hilar fino con las renovaciones

Weligton, Van Nistelrooy y Maresca finalizan contrato con el Málaga a final de esta temporada. Llega la hora de que el club mueva ficha si tiene intención de renovar a alguno de ellos. De los tres, «Weli» es el único que ha hecho méritos para seguir.

­Esta semana ha vuelto a salir a la palestra el tema de las renovaciones en el Málaga tras hacerse público el coqueteo de Weligton con el Betis. El central brasileño aseguró al periódico Estadio Deportivo que «veía con buenos ojos» recalar en el conjunto verdiblanco la próxima temporada. El Málaga y el jugador comenzaron antes de Navidad las conversaciones para acometer su renovación y parecía que todo iba por el buen camino. Pero desde entonces a esta parte la situación se ha enfriado. Weligton debe renovar, es un jugador que lo ha dado todo por el club, siempre ha respondido cuando se le ha necesitado, a las duras y a las maduras. Pese a las lesiones y su edad, el brasileño se merece el premio de la renovación.

No puedo decir lo mismo de Maresca y Van Nistelrooy. El italiano es un referente en el vestuario, un señor fuera del campo, pero capacidad física le impide rendir en un equipo del nivel del Málaga. Con el holandés pasa tres cuartos de lo mismo. Los años no perdonan a nadie y a sus 35 años parece estar lejos de la megaestrella que fue. ¡Si lo hubiésemos disfrutado con 3 añitos menos!

La pregunta impertinente: ¿A qué periodistas dedicó su gesto Santi Cazorla tras marcar el tercer gol?