Equilibrados en su balance casero, el rendimiento en los desplazamientos es lo que está decantando la balanza de la Liga en favor del Real Madrid. Mientras que el equipo de Mourinho ha estado cerca del pleno lejos del Bernabeu, con una sola derrota (Levante) y un empate (Racing), el Barcelona ha fallado más de la cuenta lejos del Camp Nou, donde ha perdido dos partidos y empatado cuatro. Como prueba de la excelencia madridista, el récord de victorias consecutivas, que el equipo blanco estableció el sábado en diez, al imponerse al Betis en el Villamarín.

En su partido número cien en el banquillo del Madrid, Mourinho sumó un récord tras otro. Además de establecer el mejor arranque de cualquier entrenador en la historia madridista, dejó atrás las marcas de sus predecesores en el banquillo: en la temporada 2008-09, Juande Ramos logró ocho victorias seguidas fuera, anulando las siete del equipo que entrenaba Miguel Muñoz en la 1960-61, y en la 2009-10, Manuel Pellegrini añadió un dígito, al irse hasta los nueve triunfos. En ambos casos, tan buenos números sólo sirvieron para ser subcampeones.

Ahora, el Madrid de Mourinho camina desbocado hacia el título, casi con tanta solvencia en el Bernabeu como en sus viajes. Además, salvo en sus tropiezos en apenas tres días en el Ciudad de Valencia y el Sardinero, el equipo blanco ha sabido adaptarse a las circunstancias. Ha alternado goleadas, incluso en campos difíciles como el del Espanyol, Málaga o Sevilla, con triunfos apurados, como los últimos, frente al Rayo y el Betis. En ambos casos, Mourinho reconoció que sus rivales merecieron más, pero se llevó los tres puntos.

La próxima salida será a El Madrigal, donde buscará ante el Villarreal el decimoprimer triunfo consecutivo, lo que sería un récord histórico en la Liga. Un vistazo al calendario permite adivinar otros desplazamientos de riesgo para el Madrid, que tendrá que defender su ventaja en campos tan hostiles como el Reyno de Navarra, Vicente Calderón, Camp Nou y San Mamés.

Y mañana, Champions

Si en la liga las cosas le van viento en popa, este miércoles recibe al CSKA Moscú en los octavos de final de la Liga de Campeones. El equipo moscovita llegó ayer a España con la plantilla al completo, incluido su portero internacional Ígor Akinféev, reincorporado definitivamente al resto del equipo tras seis meses de baja por una grave lesión en una de sus rodillas, aunque es improbable que juegue de titular en Madrid. El equipo ruso y el Real Madrid empataron (1-1) en el partido de ida disputado en el olímpico Luzhnikí.