Cuando el jeque Abdullah Bin Nasser Al-Thani aterrizó en el Málaga CF, hace ya un par de veranos, casi nadie podía imaginar ni lo que estaba por venir ni la velocidad a la que podía llegar. El equipo, entrenado hasta entonces por Juan Ramón Muñiz, había salvado semanas antes la categoría de forma agónica y económicamente la situación era de pura subsistencia, después de salir del concurso de acreedores con el que Fernando Sanz salvó de la desaparición a la entidad de Martiricos.

El primer propietario árabe en la historia de un club español dijo desde su primera aparición pública que su objetivo era hacer del Málaga un club grande en España y en Europa. Incluso se fijó la meta de jugar la Champions League en 2015. Unas palabras que sonaron entonces a delirios de grandeza, pero que hoy, tres años antes de lo previsto, cobran realidad a 10 jornadas para el final de la Liga BBVA, con el equipo albiceleste quinto en la tabla, empatado con el Levante, cuarto, y a tres puntos del Valencia, tercero.

El sheikh, emparentado con el emir de Catar, un diminuto país con millón y medio de habitantes, del tamaño de la comunidad de Murcia, con el PIB per cápita más alto del mundo y con el subsuelo inundado de gas y petróleo, la verdad es que no ha escatimado esfuerzos económicos para colocar al Málaga en la zona noble del balompié español. A los seis meses de llegar se había gastado 100 millones de euros entre 14 fichajes, destituciones y obras. El pasado verano fueron más de 60 «kilos» para reforzar al equipo con jugadores de talla mundial como Cazorla, Toulalan o Van Nistelrooy, por poner sólo tres ejemplos. A día de hoy, es imposible saber la cantidad total de dinero que se ha gastado el jeque en la entidad de Martiricos, aunque su espectacular inversión podría empezar a tener resultados si el equipo se clasifica para competición continental, sobre todo si es para la Champions.

Ingresos millonarios. Y es que el Málaga CF ganará 7,2 millones de euros como mínimo si juega la próxima Liga de Campeones. La tabla adjunta explica de forma pormenorizada todos los ingresos que reciben esta Champions 2011/2012 los equipos participantes. El ganador de la final de Múnich ingresará 29.9 millones de euros. Pero es que cualquiera de los que ha jugado la fase de grupos y ha quedado ya eliminado se ha embolsado la nada despreciable cifra de 7.2 millones de euros, más lo que le hayan aportado las televisiones y la venta de entradas para los mínimo tres partidos jugados en casa -cuatro, si el equipo viene de la fase previa-.

Las cifras, eso sí, son sensiblemente menores en la Liga Europa, aunque el ganador de la competición superará los 6 millones de ingresos por todas las partidas previstas.

El jugar en Europa tiene innumerables ventajas, aunque también algún que otro inconveniente. Siempre se ha dicho que supone un desgaste para los equipos (sobre todo los poco acostumbrados a ese maratón de viajes y partidos). El Alavés, Rayo Vallecano y Celta pagaron caro en su día su participación europea. Otros, sin embargo, disfrutaron de la aventura sin pagar excesivos excesos. Equipos tan dispares como el Valladolid, Castilla, Sabadell, Las Palmas, Oviedo, Sporting, Osasuna, Espanyol o Rayo jugaron en Europa sin daños colaterales.

En el caso del equipo albiceleste no tiene por qué ser un hándicap la aventura por el Viejo Continente. Es cierto que el Málaga sería casi un novato en estas lides continentales -sólo acumula una presencia en la extinta Copa de la UEFA, en la 2002/2003-, pero cuenta a su favor que ya tiene en nómina varios jugadores de gran prestigio internacional y con sólo tres o cuatro fichajes más -uno por línea- podría ser suficiente para tener el plantel necesario para aguantar con solvencia en tres competiciones (contando también la Copa del Rey).

Así las cosas, el desembolso del próximo verano podría ser incluso menor que en 2011 y sin embargo obtener muchos mayores beneficios por participar en cualquiera de las dos competiciones continentales, posibilitándole al jeque un respiro en su inversión o incluso facilitándole una diversificación de la misma hacia otro tipo de partidas como modernización de infraestructuras, nuevos proyectos o mejoras en el organigrama del club.