Las cábalas son casi interminables y los factores a tener en cuenta, casi que también. Victorias de unos, derrotas de otros, empates de terceros, equipos que ya no se jueguen nada en el tramo final de Liga, rivales que están también envueltos en otros compromisos como la final de Copa, la Liga Europa o la propia Champions, el cansancio, las lesiones, las primas a terceros... En definitiva, un sin fin de condicionantes que asaltan a cada uno de los nueve equipos implicados por entrar en Europa en las próximas cinco jornadas.

Sin embargo, hay un factor decisivo para vender uno de los cuatro billetes para acudir el próximo año a una competición continental. Y es que hay, de aquí al final de curso, hasta nueve enfrentamientos directos que dictaminarán la suerte definitiva de los implicados. A tenor de esos encuentros, las cuentas matemáticas y las probabilidades de definir el cuadro final son muy elevadas. Pero sí es cierto que no todos los equipos pueden ganar todos los partidos. Que habrá muchos rivales que se dejarán puntos en el camino.

Así, el Málaga es ahora cuarto clasificado y mira más hacia arriba en la clasificación que hacia abajo, lo que le permite depender de sí mismo. Su sueño es alcanzar la Champions League por la vía rápida, es decir, quedar tercer clasificado para evitar la ronda previa de la Liga de Campeones el próximo verano. Con 51 puntos está en una posición de privilegio para acabar en competición europea. Y más allá de alcanzar la máxima competición continental, el objetivo marcado a comienzos de curso de llegar a Europa está al alcance de la mano.

Matemáticamente, los rivales malaguistas que ahora se encuentran fuera de las seis primeras plazas y que amenazan con entrar en Europa sólo pueden llegar hasta los 60 puntos, como máximo, y en caso de lograr un pleno de victorias. Algo que se antoja matemáticamente imposible ya que, como se apuntaba con anterioridad, no todos pueden hacer el pleno por los enfrentamientos directos.

Es por ello que al Málaga podría bastarle con alcanzar los 58 puntos en la Liga para sacarse billete continental. Es decir, siete puntos más que los que ahora tiene, es decir, dos victorias y un empate más en los cinco encuentros que restan para el final del campeonato. Éste sería casi el extremo máximo, porque posiblemente hará falta menos «puntaje» para estar entre los seis primeros.

Primero por esos enfrentamientos directos. Esta próxima jornada hay tres de ellos. Uno lo acapara el Osasuna-Málaga, además del Sevilla-Levante y el Atlético-Espanyol. En la jornada 26, el Málaga recibe la visita del Valencia. Una jornada después, con partidos entre semana, el Valencia recibe a Osasuna. En la 37, el Athletic se mide al Getafe y el Málaga visita el Calderón. El cierre de la Liga depara un Levante-Athletic y un Espanyol-Sevilla, aunque para entonces puede que algunos ya no se jueguen nada.

El segundo condicionante y no menos importante es el hecho de que Málaga, Sevilla y Athletic aún tienen que medirse a uno de los dos grandes. El Real Madrid y el Barcelona, en plena lucha por el título, también serán jueces de la lucha por Europa.

La importancia del average. Otro factor importante, en caso de empate a puntos, será conocer el average con los rivales implicados. El Málaga, a día de hoy, tiene ganado el enfrentamiento directo con Espanyol y Getafe. Con el Sevilla, sin embargo, debería de mirarse la diferencia de goles en la clasificación general ya que quedaron 2-1 en ambos partidos. Lo tiene perdido con el Levante y el Athletic. Y aún tiene que definirlo con Osasuna (0-0), Atlético de Madrid (0-0) y Valencia (2-0 en contra).

La fortuna del Málaga CF en las próximas jornadas será decisiva para el futuro del equipo. Y es que a tenor de cómo está la clasificación, los enfrentamientos directos serán algo más que tres puntos. Sumar y que no puntúe el rival es el mayor premio.