¿Llega el Valencia a La Rosaleda en el mejor momento posible para los malaguistas o en el peor? Las dudas siempre suelen asaltar al equipo que recibe a un rival herido, pero los valencianistas están en clara decadencia, en el final de un ciclo. Tras consumarse la eliminación en las semifinales de la Liga Europa el pasado jueves a manos del Atlético de Madrid y tras la confirmación de que Unai Emery no seguirá al frente del proyecto el próximo curso, al Valencia sólo le queda «salvar» la temporada con la tercera plaza. Un objetivo que se disputará este domingo en Málaga en las peores condiciones posibles.

Sin embargo, en la capital del Turia aseguran que no hay tiempo para lamentaciones. El calendario exige reaccionar. La tercera plaza está en juego y, precisamente es el Málaga, el rival más directo, el que pondrá mañana a prueba la capacidad de reacción che. Y, vistos los antecedentes, existe cierta preocupación porque, el Valencia pagó con derrotas en Liga sus cuatro últimas eliminaciones europeas. Y la victoria en La Rosaleda es indispensable para los valencianistas también para amarrar la tercera plaza.

Ayer, antes del entrenamiento y en una visita que empieza a convertirse en rutinaria, Manuel Llorente se reunió con Unai Emery. En esta ocasión, además de hablar de la lesión de Canales, el presidente trató de levantar el ánimo del técnico y, de paso, recordar la necesidad deportiva y económica de acabar la temporada en tercera posición.

Pero la consecución del tercer puesto en la Liga, último que da derecho a disputar directamente la próxima edición de la Liga de Campeones, se ha convertido en el objetivo del Valencia tras haber disputado sin éxito dos semifinales en la presente campaña en otras dos competiciones: la Copa del Rey y la Liga Europa.

La eliminación el jueves en las semifinales de la Liga Europa se unió a la sufrida hace dos meses y medio ante el Barcelona en la Copa del Rey, aunque con diferentes matices y tras haber superado con creces las trayectorias en torneos por eliminatorias de anteriores temporadas.

Si la eliminación ante el Barcelona de Pep Guardiola no puede considerarse una decepción como tal, ante el potencial del conjunto catalán

, la sensación de falta de competitividad en buena parte del partido de vuelta sí que derivó en cierto descontento en el entorno valencianista.

Ha sido precisamente la falta de ese espíritu combativo y competitivo en las citas con mayor empaque, así como la incapacidad para dar el do de pecho cuando el momento lo requería, una de las críticas más repetidas en la etapa de cuatro años de Unai Emery en el Valencia.

Algo más de dos meses después, el Valencia se volvía a encontrar en la última instancia previa a una final, en este caso la de la segunda competición de la UEFA, la Liga Europa, y con el Atlético de Madrid enfrente, un rival como poco del mismo nivel deportivo del equipo de Unai Emery.

Si la eliminación ante el Barcelona se encajó sin dramas, al entrar dentro de la lógica, el doble duelo con el Atlético sí que supuso un sonrojante revés para el valencianismo por la pobre imagen ofrecida por el equipo en el partido de ida, disputado en el Vicente Calderón.

La actuación del Valencia estuvo tan lejos de la esperada que incluso la derrota por 4-2 fue considerada hace una semana como un resultado benévolo ante el deficiente juego del equipo de Emery y los méritos contraídos por el bloque del argentino Diego Simeone.

Las críticas ante el decepcionante rendimiento del Valencia en una nueva cita de relevancia, como es una semifinal de competición europea, desató todo tipo de críticas hacia un equipo que había vuelto a transmitir una imagen de desidia poco acorde al escenario en el que se encontraba.

La indignación en la afición y en el entorno en general del Valencia dio paso a un movimiento motivador masivo ante el partido de vuelta de Mestalla.

Una vez privado de la final europea, el Valencia centrará su esfuerzos en la Liga española, en la que tratará de lograr el tercer puesto en la clasificación por tercera campaña consecutiva para estar de forma directa en la máxima competición continental.

Si en la temporada pasada el Valencia afrontó con cierta comodidad la recta final de la Liga en su camino hacia el tercer puesto, ahora, buena parte de sus opciones de alcanzar su objetivo pasan por el partido del domingo en Málaga.