El malaguismo tenía ayer una cita ineludible con su equipo. Sin embargo, el mal tiempo y la lluvia fueron unos invitados de última hora al festejo blanquiazul, que mermaron el festejo pero no impidieron que la alegría fuera total.

Como era de esperar, cientos de aficionados recibieron al equipo con banderas y cánticos en su entrada en el estadio. Todo era poco para la gran final. En las gradas, los tifos de las aficiones ya se hacían notar. Malaka Hinchas sacó una pancarta con la leyenda: «Azul y blanco son nuestros colores». La cerrada ovación al jeque marcaba el fin a los prolegómenos del encuentro.

«Lolololo, forza Malaka mete un gol...», dio el pistoletazo de salida al partido. En el minuto 8 hubo homenaje a Toulalan con el clásico «Tou, tou, tou, Toulalan». Pero para entonces, los ánimos estaban en buena sintonía. El tiro al palo de Eliseu (m. 14) desató la ilusión. «Vamos Málaga, hoy te he venido a ver....». Y poco después del «recuerdo» hacia el rival «P... Valencia, p... Valencia» llegó el gol.

Tras el tanto, la afición se desató. Hubo cánticos al jeque: «Al Thani, Al Thani, Al Thani». Y fue una fiesta, no sin sufrimiento, hasta el pitido final, cuando el «que bote La Rosaleda» hizo vibrar el estadio y «a la Champions, oé, a la Champions, oé» desató la locura. El éxtasis final fue con una cerrada ovación a los jugadores y con el cántico, a pleno pulmón, del himno del Málaga.