La implicación de Manel Casanova Capdevila (Barcelona, 11/02/1951) ha sido máxima en un primer año difícil, lejos de su familia, como responsable de La Academia, la cantera malaguista, que ha aglutinado éxitos deportivos en todas las categorías desde el prebenjamín hasta el División de Honor juvenil, finalista de Copa.

¿Qué balance hace de su primera temporada en el club?

Soy inconformista. Por muchas cosas que hayamos hecho, siempre hay que aspirar a hacer más. Era urgente poner esto en marcha. Pero si me paro a analizar, hemos hecho muchas cosas, sobre todo a nivel interno, y se empiezan a ver resultados. El que quiera ser positivo lo verá mejor y el que quiera destruir... pero esto no me afecta. Los que estamos aquí y los que venimos de fuera queremos marcar una línea. El objetivo es en 3 ó 4 años estar en la élite de las canteras del fútbol español.

¿De qué está más satisfecho?

Del comportamiento humano. Debido a la situación económica, la entidad se había quedado pequeña. A todo el mundo le gusta mejorar, porque es su club de toda la vida. Ha venido gente con ganas de crecer, de todas partes, y no es sencillo aunar esto. Siempre está el que no se acaba de engranar. Pero en el fútbol debe mandar uno. Hay que escuchar a todos. Siempre digo que aprendo mucho de un alevín. Los propietarios me apoyan, creen en mí y el Málaga CF ha empezado a sonar en el fútbol base. Nos empezamos a abrir, que no es fácil, porque al mismo tiempo que te temen no te dejan crecer. Mi ilusión es ser un referente en Andalucía, una empresa solvente y hacer entender que al principio es un gasto. Al cabo de tres años se ven los frutos con creces. Y, por supuesto, esto es un trabajo de club. Te tienen que ayudar el área deportiva, el entrenador, el consejo... Vamos todos a una. Sin una salida profesional, no sería posible.

Tras dos décadas como responsable de la cantera del Espanyol, ¿se ha adaptado bien a la Costa del Sol?

Soy una persona de mundo. He venido aquí muchas veces, muy a gusto. Como en casa. A veces me preguntan si soy de aquí. No por el acento, porque te delata, pero sí por la manera de ser, las bromas, la ironía. Los padres de mi abuela eran de Almería. Mi padrino era de Andújar.

Pero, debe ser duro vivir lejos de la familia. ¿No?

Es lo más duro. No lo había vivido nunca. Con mi mujer estoy muy bien, me ayuda mucho. Tener una niña de 13 años hace que me esté perdiendo una época bonita, pero no puedo cambiarla de colegio tal y como lleva los estudios... Y tengo un nieto de tres años al que no veo. Pero en la situación actual del país y del mundo es una suerte tener un trabajo y hacer algo que te gusta. Me pagan por algo que me hace feliz y por eso no miro las horas

que echo. Al no tener a la familia, le dedico full time.

De todos los éxitos deportivos de la temporada, ¿con cuál se queda?

Aunque parezca una perogrullada, con el juego. Hemos hecho un cambio total de querer tener el balón. Nada de quitarse el balón de encima así como así. Los jugadores crecen a base de pensar, arriesgar. Si se trabaja y se entrena bien, al final vienen los éxitos. También estoy contento con la relación que tenemos con los clubes de la provincia. Cuando llegué, estaba la cosa... por situaciones que habían pasado. No absorbemos jugagores así como así. Hemos dado un paso adelante en la provincia.

El Málaga juvenil ha jugador la final de la Copa del Rey, y fue frente al Espanyol. ¿Cómo vivió ese partido?

Lo dije en la comida, cuando tuve que hablar en nombre del Málaga. Si una persona ganaba en este partido, era yo. De los chicos del Espanyol, el 95 % los había incorporado yo. Cuando ganaron el trofeo, se vieron los abrazos que me dieron. A muchos los he tenido desde pequeños. Son de las cosas que me enorgullezco. Me supo mal, porque hicimos méritos suficientes para ganar. Pero en las finales hay que marcar y no sólo jugar bien. Eliminamos al Villarreal (Roda), Valencia y Barcelona. Hicimos un buen torneo.

¿Cuál ha sido el momento más difícil del año?

El fallecimiento de José Carlos (Pérez). Nos afectó mucho a todos. Era una relación fantástica. Él esperaba a que yo le planteara los temas, los estudiaba y si lo convencía, me los aprobaba. Tenía una perspectiva grande de la vida, del club, del fútbol. Con una mirada ya casi nos entendíamos. Dejó un vacío. Fue la primera persona que me atendió en el club.

¿Cuántos partidos ve en un fin de semana?

Aquí en Andalucía hay tantos... Se juega incluso los viernes. También están los de fútbol 7 (alevín). Un mínimo de 10. No soy amante del vídeo. Te haces una mejor composición del campo. Analizo todo: el comportamiento, la actitud, reacción con un cambio...

El torneo de BBVA o antiguo Brunete, ¿fue un mal trago?

Hemos ayudado a arreglar cosas, que luego se las harán suyas. A este torneo se le da una importancia excesiva. Aquí hay dos cosas. Una es la selección malagueña infantil y cadete, que se juega en febrero en la Semana Blanca y parece la Champions League, cuando es el lucimiento de un señor. Ahí no van todos los mejores, porque sólo pueden ir cuatro de cada equipo, algo injusto. Y la otra es este campeonato de alevines. Es un torneo más. Se han hecho siempre 20.000 trampas. Se nos lesionó el portero y propuse sustituirlo por uno que habíamos firmado para legalizar el tema. Y luego dije que si me lo aceptaban, igual ponía algunos más, porque era en Málaga y era importante. De la Morena tiró a matar. No quería que saliéramos. Y luego ha sido el campeonato más legal, nadie ha puesto a jugadores que no eran de su club, gracias a nuestra iniciativa. He propuesto que se inviten a dos niños de cada club. El otro embrollo fue el del chico portugués, del Infantil Preferente, que se unió para incrementar el nivel, como con Brahim. El equipo técnico hizo participar a todos, y los padres no lo entendieron. Luego se ha comprobado que no hubo las bajas que se dijeron.

En Andalucía, ¿muchos padres juegan a ser entrenadores?

Hay mucha pasión, sobre todo en fútbol A-7, hasta 11 ó 12 años. No sé si son las circunstancias actuales. Los padres ven que un niño le pega tres patadas a un balón y ya creen que puede ayudarles a vivir y a retirarse. Para el chaval es un drama en casa, lo ponen en una tensión... Es una época para jugar y divertirse. Aprenden un deporte de equipo, a ser personas, y se quitan de otros peligros. Que no le metan más presión. Esto se calma conforme suben de categoría. En infantiles, ya más tranquilos. En juveniles funcionan como autónomos. Yo evitaría las bebidas alcohólicas en los campos. La gente pierde el norte.

¿Es verdad que ha firmado a más de 40 niños venidos de fuera desde que llegó?

Esto es un sanbenito que se me ha colocado. El año pasado firmé a 30 chavales, pero casi todos de aquí y de Andalucía. De fuera vinieron 4 ó 5. Este año el porcentaje es mayor, porque había que darles tejido. Hemos ganado casi todas las ligas de fútbol 11; las de fútbol 7 ya se ganaban. El año pasado me dediqué a 1995, 1996 y 1997, y este año a 1998, 1999 y 2000. Ya tocaré poco. Los alevines son de aquí. A mí no me dijeron que tenían que ser de la calle Larios hasta el número 7 y que a partir de ahí era el extrarradio. Me dijeron que pusiera al Málaga en la élite. Si valen, se lo ganan ellos. Las bofetadas me la darán a mí. Al final el que va a llegar es el de aquí. Traigo al de fuera para que apriete al de aquí. Y así mejoran todos. Esto es un examen anual. No se firma a un niño por 15 años.

El nombre de Málaga CF ha sonado, gracias al fútbol base, en Francia, Italia, México...

Sí. Y ahora vamos a Rusia. A Irlanda. El año pasado no vi nada de esto. Pero si esto no se quiere vender... De estos torneos, los críos se acuerdan toda la vida, les ayuda a crecer y te das cuenta del nivel y de cómo mejorarlo en técnicos y jugadores.

En Chile también hay una escuela, que la lleva el hijo de Manuel Pellegrini, ¿verdad?

Sí. Es una escuela privada, con la aprobación del Málaga CF, pero al margen. Hacen malaguismo y si algún día sale un crack el Málaga se aprovechará de ello.

En el fútbol base malaguista, ¿hay niños de 12 años que cobran 4.000 euros al mes?

No, que yo sepa. En fútbol 7 nadie recibe nada. En fútbol 11 se atiende el kilometraje. A partir del cadete A hay ya ayudas. Ya competimos con el Valencia. Si queremos crecer...

¿Cuántos niños maneja en la base de datos?

1.000 en dos años. Procuras reciclar el disco duro, que salgan los que no interesan. En septiembre ya empiezo a hacer la plantilla del año siguiente.

¿Tiene el Málaga sitio para todos los niños venidos de fuera?

Tenemos un acuerdo con la Universidad Laboral. Hay 42 niños. El año próximo igual habrá 55. Caben entre 600 y 800.

Lo que está claro es que la infraestructura se le ha quedado pequeña al Málaga. Hace falta la Ciudad Deportiva.

Esto es básico. No podemos estar cada equipo en un sitio distinto. Además, en Málaga, para poner hierba artificial, el Ayuntamiento hizo los campos muy pequeños. No sé cuánto falta, no soy de burocracias. Hemos perdido chicos por falta de instalaciones.

Cuando llegó no era responsable del filial, pero ahora sí.

Es una mayor responsabilidad. Es el equipo estrella de La Academia. Es una bomba atrasada recibirlo en junio. Estoy haciendo una inversión. Espero que Abdullah (Ghubn) me apoye. Habrá que valorarlo en dos años. Mi ilusión es que Pellegrini se fije en el filial.

¿Cómo se presenta el futuro a medio-largo plazo?

Como mínimo, el filial debe estar en Segunda B. Al estar el primer equipo en Champions, el nivel de exigencia es máximo. En cuanto al fútbol base, a nivel de selecciones, estaban 3 (Juanmi, Víctor Ruiz y Samu Castillejo). Y ya hay 10. Es el Málaga del futuro.

Acaba contrato en 2013 ¿Encaja en el proyecto de futuro?

Ellos (los dueños) tienen que valorar si les gusta mi forma de trabajar. No voy a condicionarlos. Estoy encantado. Aquí hay una seriedad y una imagen.