La primera parte de la pretemporada malaguista tocó ayer a su fin. El conjunto blanquiazul ha convivido diez días en el hotel de Campoamor con un duro trabajo físico diario y con numerosas historias y vivencias en la mochila de regreso a la Costa del Sol.

La plantilla malaguista partió hacia tierras malagueñas ayer tras jugar el encuentro amistoso con el Horadada y almorzar por última vez en tierras alicantinas. Allí los jugadores degustaron una parrillada para cerrar el ciclo y se realizaron la foto de despedida con los empleados del hotel, que tan buen trato han dispensado a la plantilla y a todos los integrantes de la estadía. Así, poco después de las 14.00 horas de la tarde, la plantilla emprendió un largo viaje de regreso a tierras malagueñas.

En Campoamor, el conjunto blanquiazul ha vivido, probablemente, la etapa más dura de la temporada. Altas temperaturas, entrenamientos asfixiantes, molestias físicas, duras sesiones... En diez días, el equipo ha vivido 17 sesiones de entrenamiento con mucha carga física y un partido final contra el Horadada.

Lo mejor de la pretemporada, sin duda, es que de momento no hay que lamentar lesiones. Sufrieron molestias al principio de la estadía Jesús Gámez, Eliseu y Monreal. Al final fue Sergio Sánchez el que acabó tocado, pero jugó el duelo de ayer.

Las primeras jornadas fueron un remanso de paz y tranquilidad con los entrenamientos como únicos protagonistas, pero el nerviosismo y la sombra de posibles denuncias por impagos ensombreció la concentración. Tanto es así que hasta Campoamor se tuvo que desplazar Vicente Casado, que charló durante dos horas con la plantilla malaguista y consiguió un acuerdo con los jugadores. Antes fue Luis Rubiales el que visitó a los jugadores. El presidente de la AFE levantó la liebre con su presencia. Antonio Fernández, el director deportivo, también llegó los últimos días. Junto a él no vino fichaje alguno, pero sí Kameni, que regresaba tras varios días de descanso por su selección. Ése ha sido otro de los puntos negros del Málaga, no contar con ninguna incorporación cuando ya han transcurrido dos semanas desde el inicio del curso.

La cantera sale fortalecida. Hasta siete fueron los canteranos que acudieron esta vez a Campoamor. Pol, Adri, Cala, Álex Portillo, Jurado, Toni y Fabrice. Cada uno aportó cosas, pero destacó el desparpajo de Fabrice, pese a tener 16 años y la calidad de Adri. Pol se ganó la posibilidad de ser el tercer portero, por lo que han sumado.