«Que viene el coco, que viene el coco». Pues ya está aquí el «coco», que no es otro que el Panathinaikos, el obstáculo del Málaga CF mañana, en la ida de la Fase Previa de la Champions (y el próximo martes, 28, en la vuelta en Atenas).

El segundo equipo de Grecia en la Liga de la pasada campaña, dirigido por el exentrenador malaguista Jesualdo Ferreira, llegó a las 16.52 horas al aeropuerto Pablo Ruiz Picasso de Málaga e hizo acto de aparición en la puerta de salida del aeródromo a las 17.05 en un ambiente de escasa expectación, con alrededor de tres decenas de turistas como testigos presenciales y sin necesidad de medidas se seguridad. Menos de diez aficionados griegos (casi todos ellos formaban parte de la expedición de la plantilla, con alrededor de 30 componentes) esperaban al equipo heleno a la salida, entre ellos una joven pareja que aprovechó sus vacaciones en Ibiza para alternarlas con unos días en la Costa del Sol y en Marruecos.

Aunque los seguidores del conjunto griego fueron escasos ayer, para el partido de mañana se esperan alrededor de 200, entre los que lleguen desde Atenas y los que se acerquen a Martiricos procedentes de distintos lugares de España, donde pasan las vacaciones, y de Francia e Inglaterra.

El Panathinaikos llegó con 21 jugadores, pero en la expedición no figuraba el extremo holandés y exblanquiazul Quincy Owusu Abeyie, que no está apto para el choque trascendental de mañana, aunque sí podría estarlo para el de la vuelta, en el Spyros Louis de la capital ateniense.

Esta vez su ausencia no se debe a que esté en paradero desconocido, como ocurrió en muchas sesiones cuando aún era jugador malaguista, uno de los motivos (la indisciplina) por los que Manuel Pellegrini prescindió de él, sino porque aún no habría llegado el tránsfer que necesita para jugar después de haber sido cedido por segundo año consecutivo al Pao por el Al-Sadd catarí, al margen de que no tiene ritmo de partidos.

Ferreira, su valedor, no podrá contar con él, aunque sí con la estrella del equipo, Lazaros Christodoulopoulos, ya recuperado de sus últimas molestias físicas, y con los españoles Víctor Vitolo y José Verdú «Toché», que se convirtieron al ser los dos españoles del equipo en los anfitriones de la expedición griega, no así de Jesualdo Ferreira, que conoce bien la Costa del Sol, pese a que sólo duró cinco meses en el banquillo.

«Aquí, como siempre, hace buen tiempo», señaló Ferreira nada más pasar por delante de los representantes de los medios de comunicación.

El técnico portugués no quiso valoración alguna sobre el encuentro y les emplazó a la rueda de prensa que dará esta tarde (18.30) en La Rosaleda. Media hora más tarde, el Panathinaikos se ejercitará en La Rosaleda. La UEFA estipula que el conjunto rival tiene el derecho a entrenarse el día antes del partido a una hora aproximada a la del choque sobre el césped donde se jugará el encuentro.

Asimismo, el Málaga CF se entrenará hoy (no ha tenido descanso tras la victoria frente al Celta en Balaídos en la jornada inaugural de la presente Liga, 0-1) a las 9.30 horas en La Rosaleda y dos horas más tarde tendrá lugar la rueda de prensa de Manuel Pellegrini.

Nada más salir del aeropuerto, la plantilla del Panathinaikos, con Jesualdo Ferreira a la cabeza, se dirigió directamente al Hotel Barceló, su cuartel general hasta dos horas antes de la disputa del choque de mañana. El Pao no se entrenó ayer en tierras malagueñas, al haberlo hecho ya por la mañana en Atenas.

Por su parte, la expectación, crece minuto a minuto en la Costa del Sol antes del encuentro más importante de la historia del Málaga CF. Ya han garantizado su asistencia a La Rosaleda, con la compra de las entradas, alrededor de 20.000 aficionados blanquiazules. Las largas colas de ayer en las taquillas del estadio es una imagen que se sucede estos días, y hoy y mañana no debe ser menos. Málaga quiere convertirse en el jugador número 12 y empujar con su aliento frente al Panathinaikos de Jesualdo Ferreira.