Francisco Alarcón Suárez, Isco, rechazó este pasado verano una mareante oferta del Tottenham londinense, según ha podido saber este periódico. El club británico, ante la incertidumbre sobre el futuro de la entidad malaguista, estaba dispuesto a fichar al centrocampista y envió a un emisario a la Costa del Sol. Sin embargo, Isco señaló que prefiere quedarse en las filas del Málaga CF al menos los dos próximos años, en los que será una de sus principales bazas.

Pero ahí no quedó la cosa. El FC Barcelona también se interesó durante este pasado mercado estival en adquirir los servicios del benalmadense, si bien con vistas a la próxima temporada y no ésta recién iniciada, ya que según señalaron entonces (expresan fuentes cercanas al entorno del jugador), el club azulgrana prefiere que Isco «se foguee» en la Liga de Campeones esta temporada antes de firmarlo.

Isco, de sangre andaluza y canaria (ésta por sus abuelos maternos) ha hecho subir su caché en cada encuentro. Su progresión no tiene límites. Hoy en día, es uno de los principales activos que tiene el Málaga CF, que no goza de una ciudad deportiva, junto a Jeremy Toulalan y Monreal.

Pero si su cotización había subido desde que el club de Martiricos lo firmó tras pagar al Valencia CF su cláusula de rescisión (seis millones de euros, que fueron prácticamente siete con el IVA), desde este pasado martes, con una auténtica exhibición a nivel mundial frente al Zenit de San Petersburgo, su exquisita calidad ha sido vista por medio mundo y parte del otro.

Promesa incumplida... por ahora. Los dirigentes del Málaga CF le prometieron este pasado verano una revisión de su contrato, que vence el 30 de junio de 2016 ante la posibilidad de que algún club grande le eche el anzuelo. Aunque aún restan cuatro años, su juventud (20 años), unido a su repertorio de pases, regates y su olfato goleador, le convierten en uno de los futbolistas más codiciados, además de en el próximo reclamo de Vicente del Bosque para la selección española absoluta.

El Málaga CF no ha cumplido todavía su promesa de ampliarle el contrato y la cláusula de rescisión, que es de 21 millones de euros. A nadie le extrañaría que pudiera contar en breve con una decena de ofertas sobre la mesa, a cual más apetecible desde el punto de vista económico y futbolístico. En las manos del club de Martiricos está atar a su estrella.