Una ilusión, un objetivo. Una pasión, una afición. ¿Un partido más? No, una cita histórica. Es el encuentro más esperado por los seguidores, por los jugadores. Incluso aquellos malagueños que no viven el fútbol se sentarán hoy ante el televisor para no perderse un choque único en San Siro entre un Málaga CF que sólo sabe vencer en la Liga de Campeones y un AC Milan que está de capa caída tanto en el Calcio como en la Champions, aunque por su espíritu de equipo guerrero nunca hay que darlo por vencido.

El encuentro de esta noche en el mítico estadio milanista, en el que el bloque blanquiazul estará arropado por prácticamente 2.000 aficionados, será muy especial. Durante los primeros minutos será inevitable recordar a todos aquellos malaguistas de pro que lo han dado todo por su equipo y que no podrán verlo, en una lista que sería interminable, pero cabe recordar a, al menos, los más recientes: el «eterno» utillero Pepillo Zambrana, el consejero consultivo José Carlos Pérez, el jugador Pepe Arias y cientos de anónimos aficionados que habrían disfrutado como niños viendo jugar a su Málaga en un estadio de los más emblemáticos del mundo.

El Málaga CF no juega solo en el Giuseppe Meazza. Lo hará con cientos de miles de malagueños empujándolo hacia la victoria, con el fin de conseguir el añorado punto que le dé la clasificación directa a los octavos de final de la Liga de Campeones. El empate es suficiente para meterse en octavos, pero el triunfo podría darle el primer puesto y, por tanto, atribuirle ventajas respecto a la siguiente eliminatoria.

En el aspecto puramente deportivo, Manuel Pellegrini recupera a su jugador clave en el centro del campo, como es el francés Jeremy Toulalan, ya recuperado de sus dolencias en los isquiotibiales.

El técnico chileno se ha traído a Milán a 20 jugadores, pero dejó claro ayer que si ha viajado el galo es porque cuenta con garantías de jugar desde el pitido inicial, que correrá a cargo del árbitro inglés Howard Webb, aquel colegiado que no expulsó a Nigel de Jong tras propinarle una patada en el pecho a Xabi Alonso en la final del Mundial de Sudáfrica.

Entre los dos descartes, uno de ellos será el portero Pol, mientras que el otro será una incógnita. Todo apunta a que Toulalan formará la pareja de mediocentros junto a Ignacio Camacho, con lo que uno de los tándem más eficaces en el plano defensivo será un duro test para un Milan que también se caracteriza por mostrar su seguridad atrás. No en vano, de los seis encuentros que el conjunto italiano ha jugado en San Siro en la Champions, dejó su portería a cero en cinco de ellos, lo que magnifica su grandeza respecto al «catenaccio».

La única lástima es que para este choque no esté recuperado Nacho Monreal, ya que entonces Pellegrini podría contar con su defensa de gala. En plano ofensivo, toda la artillería posible, a excepción de Julio Baptista, que ayer se ejercitó con sus compañeros, aunque no esté en la lista de convocados. Ha viajado y ha «hecho piña», que también es importante en este tipo de choques por su indudable experiencia. La magia deberán ponerla los Isco, Portillo, Joaquín y Saviola, que tiene muchas papeletas para jugar de inicio, aunque Roque Santa Cruz también podría tener su oportunidad a lo largo de la segunda mitad. Será un choque trabado. Al menos, los dos técnicos, Pellegrini y Allegri, así lo preven.

El técnico italiano, que ha estado las últimas semanas en la cuerda floja, ha recuperado la sonrisa en parte. De momento, parece haber recuperado la situación en el Calcio tras el 5-1 al Chievo. Pero sabe que el crédito volverá a perderlo si no da un manotazo encima de la mesa de la Champions.

Allegri hará muchos cambios respecto al encuentro en La Rosaleda. Hasta cinco variaciones podría llevar a cabo, señal inequívoca de no tiene claras las ideas. Abbiati en la portería, Yepes en el eje central de la zaga, Boateng y Bojan y en la medular y Pato en ataque. El español quiere demostrar ante el Málaga CF y para toda España que actuó bien cuando hizo las maletas en Can Barça. Será la pesadilla de Demichelis y Weligton si le dejan espacios.

Allegri probó ayer con Pato en lugar de Pazzini, con Boateng en detrimento de Emanuelson y con Ambrosini en vez de De Jong, mientras que días atrás había hecho probaturas con los segundos mencionados. Muchas dudas, las que no debe tener el Málaga CF para afrontar un partido que puede llevarle a la gloria de los octavos, a su techo abierto, ya que parece no tener fin. A su penúltimo lugar en un pedestal hasta ahora inmaculado en la máxima competición continental.

El bloque blanquiazul debe jugar como sabe, con la plasticidad con la que ha jugado semanas atrás (no contra el Rayo), con el desparpajo de unos jóvenes que ya acarician otra porción más de su historia interminable.