Me da igual el Oporto que el Arsenal. Me da lo mismo que hoy sean segundos de su grupo el Shaktar, el Juventus, el Chelsea, el Bayern, el Benfica, el Celtic, el Galatasaray o hasta el desconocido Cluj de Rumanía, rival por el que aposté -por cierto­- hace ya varias semanas, cuando el caminar del Málaga por Europa hacia presagiar un final de liguilla tan prestigioso y espectacular como el que ayer redondeó el equipo albiceleste.

Y me da igual el rival de octavos de final, porque el Málaga CF ha demostrado al Viejo Continente desde agosto que es un equipo sin complejos, con una afición de «10», con una plantilla polivalente, con un entrenador que gestiona sus recursos con la sabiduría que le da su experiencia en los banquillos... y porque La Rosaleda será juez y parte de esa futura eliminatoria, con el partido de vuelta en el «infierno» de Martiricos.

Los demás son los que se deben preocupar del Málaga CF. Sea el que sea el enemigo que dicten las bolitas del sorteo del día 20, seguro que será un equipo con más caché, con más currículo y con más cartel en Europa que este novato descarado afincado en la capital de la Costa del Sol. Los favoritos serán ellos, los otros, igual que lo eran el Panathinaikos, el Zenit o el Milan.. y han claudicado uno tras otro.

Ahora, y mientras llega el sorteo, sigamos soñando. Y después, mientras llega la eliminatoria de febrero, sigamos disfrutando.