Varias reyertas producidas en los aledaños de La Rosaleda media hora antes del inicio del Málaga-Anderlecht, además de otros incidentes, ya dentro del estadio, y también por las calles del centro de la ciudad minutos después de finalizar el partido se saldaron, al cierre de esta edición, con 19 heridos (entre ellos, cuatro policías) y 5 detenidos.

Todo empezó antes del partido junto a la zona del río Guadalmedina, cuando algunos seguidores malaguistas fueron asaltados por los belgas. Hubo provocaciones mutuas, lanzamientos de piedras, agresiones e incluso el lanzamiento de una bengala. La Cruz Roja tuvo bastante trabajo en esos prolegómenos del encuentro, en una sala adaptada para ello y situada en los bajos de Tribuna. Hubo heridos de ambas aficiones., además de miembros de la policía nacional.

La UEFA declaró el partido de «alto riesgo», sabedor el organismo de las posibilidades de incidentes tras los sucesos acaecidos hace dos años cerca de San Mamés con motivo del Athletic-Anderlecht de la Liga Europa.

La Policía Nacional tuvo que montar un cordón de seguridad que obligó a más de varios miles de aficionados malaguistas a ser retenidos en la zona de los bares más cercanos a la glorieta «Migueli», con lo que llegaron al partido ya iniciado. Las cargas policiales en los aledaños de Martiricos fueron inevitables para evitar males mayores. Y no fueron las únicas.

A lo largo de anteanoche, una decena de los 1.300 aficionados belgas desplazados también vieron los calabozos al protagonizar desórdenes públicos en diferentes zonas de la ciudad, si bien las fuerzas de seguridad no precisaron el número de detenciones. Igualmente, ayer, durante el descanso, la policía tuvo que intervenir en la zona del graderío reservada para los aficionados del equipo rival.

Los aficionados del Anderlecht comenzaron a tomar las calles, y sobre todo los bares del centro desde anteayer por la tarde, la mayor parte de ellos, de forma pacífica y animosa. No era extraño pasear por el casco antiguo del centro de Málaga y ver a los hinchas del Anderlecht tomando cerveza con sus camisetas violetas, sus bufandas y sus cánticos.

Ya por la tarde, a las 16.00 horas estaba prevista una concentración de los aficionados belgas en la céntrica Plaza de la Merced. Allí acudieron unos 50 aficionados belgas, que rápidamente se parapetaron en los bares que rodean la plaza. Poco a poco, el goteo de aficionados fue incrementando la cifra, que llegó a ser una nutrida marea violeta.

Sobre las 00.00 horas, hubo incidentes por el centro de la ciudad. En la Plaza del Carbón se produjo un duro encontronazo entre una treintena de aficionados belgas y los dispositivos de la policía, lo que hizo saltar todas las alarmas y un fuerte despliegue de efectivos policiales, que llegaron para evitar males mayores.

Un triste episodio para finalizar un gran día en lo deportivo.