Quince minutos antes de arrancar el encuentro que cerraba el fútbol en el año 2012 para el Málaga CF, el benalmadense Isco Alarcón se daba un baño de multitudes en el césped de La Rosaleda. El de Benalmádena se bañaba en oro al recoger el premio Golden Boy que le acredita como el mejor jugador del mundo menor de 21 años. Todo un éxito y reconocimiento a una temporada de ensueño.

Para el malaguismo no fue ni mucho menos una sorpresa cuando a media mañana saltaba la noticia. En Málaga ya saben lo bueno que es Isco Alarcón. Lo llevan paladeando desde el verano de 2011, cuando aterrizó en Martiricos desde Valencia. Ahora, un año y medio después, recoge sus primeros galardones individuales en lo que presupone que es la antesala de un futuro firme al estrellato.

Isco se impuso en la votación final del Golden Boy 2012 a Stephan El Shaarawy, delantero italo-egipcio del AC Milan, y a Thibaut Courtois, portero belga del Atlético de Madrid.

Isco, nacido en la localidad malagueña de Benalmádena el 21 de abril de 1992, recibió un total de 137 votos, mientras que el delantero rossonero consiguió 125 y el meta rojiblanco, 116 votos. El diario deportivo turinés «Tuttosport» premia así al jugador joven de mayor proyección del año. Y en ese caso, Isco se antojaba como el claro ganador.

El malagueño entra en el salón de la fama Europeo, como ya hicieron otros grandes jugadores que ahora ya son estrellas como Lionel Messi, Cesc Fábregas, Sergio Agüero, Wayne Rooney o Alexandre Pato, entre otros.

La carrera de Isco está «condenada» al éxito. Desde que aterrizó en Málaga, su nombre no ha parado de crecer. Evolucionó a la par que el equipo, que acabó cuarto el curso pasado. Y ha sido uno de los abanderados del conjunto blanquiazul en su primera andadura por la Liga de Campeones.

Posiblemente Isco se ganó el galardón con su increíble actuación contra el Zenit de San Petersburgo en el estreno de Champions del Málaga, en la que marcó hasta dos goles. O también con su magistral encuentro en San Siro. Sus actuaciones individuales han rozado el sobresaliente en casi todas las ocasiones en las que ha actuado. Incluso ya ha coqueteado con la selección absoluta, acudiendo a una citación el pasado verano pero sin llegar a debutar. Con la «Rojita», la sub-21, ha sido de largo el mejor hombre a las órdenes de Julen Lopetegui.

Isco Alarcón, por lo tanto, se ha ganado el derecho a ser el mejor jugador joven del panorama futbolístico. Pero la etiqueta de promesa ya se le queda pequeña. Detrás de sus actuaciones también hay importantes equipos. Tanto es así que su actual contrato se ha quedado pequeño. El club negociaba en los últimos días una ampliación de contrato y una revisión de su cláusula, que de momento es de 21 millones de euros.

Con solo 20 años, el techo de Isco no parece estar próximo. Con el Málaga, en temporada y media ha disputado 49 partidos de Liga, seis de competición europea y tres de Copa del Rey. Ha marcado once goles con la elástica blanquiazul y cada vez es más constante en su juego y en su faceta goleadora. Sólo le queda subirse a lo más alto de un cajón junto al resto de sus compañeros. Un título para un chico de oro.