Isco Alarcón. No podría comenzar y finalizar esta humilde crónica con otro nombre tras la magnífica victoria del Málaga CF de ayer y tras el despliegue futbolístico del chico de oro. El malagueño fue el hombre del partido, marcó dos goles, dejó destellos de su inmensa calidad, lideró el conjunto blanquiazul hacia la remontada y se ganó los aplausos del Ciudad de Valencia, un estadio hostil donde el equipo blanquiazul sólo había recogido calabazas en las últimas visitas.

Isco lo fue todo ayer. Fue el superclase de principio de temporada, el goleador insaciable, el líder en el juego cuando sólo había oscuridad y la sonrisa de un Málaga que parecía triste en las últimas jornadas. Ayer el benalmadense volvió a ser determinante y decisivo. Alargó su estado de euforia desde que Del Bosque lo citó con la absoluta y puso en práctica algunos de los secretos de la «Roja» sobre el césped levantino. Es evidente que a Isco le sientan bien los aires de la ciudad del Turia, donde pasó buena parte de su formación como futbolista. Pero ahora, con solo 20 años, su protagonismo se dispara cada vez que entra en contacto con el balón.

Con los «gambeteos» y los tantos del malagueño se cimentó uno de los triunfos más importantes del Málaga en las últimas fechas. Necesitaba el conjunto de Pellegrini una victoria llena de simbolismo como la de ayer. Era una cita complicada, contra un rival duro e incluso rival directo por los puestos europeos. Pero el Málaga no se amedrentó y cuajó un partido casi perfecto de principio a fin.

El triunfo en tierras valencianas mantiene al Málaga en puestos de Liga de Campeones. Salía el equipo de Pellegrini presionado por la victoria in extremis precisamente del Valencia en Balaídos. Pero lo de manejar la presión hace tiempo que lo domina este equipo.

Pellegrini movió su once. Dio galones a Baptistas cuando sólo lleva dos días con el alta bajo el brazo. Apostó por Antunes en el flanco izquierdo. Y recuperó a Sergio Sánchez en el centro de la zaga. Cada uno cumplió su misión y el cómputo final fueron tres puntos para seguir creyendo en este equipo y en Europa.

Y es que Caballero y, sobre todo Isco, no quieren perderse el año que viene una cita europea. Siempre se ha dicho que los grandes equipos se construyen con un gran portero y un mejor goleador. Ayer Caballero hizo de Caballero, pero el malagueño se puso el traje de killer para añadir calificativos a su nómina de cualidades futbolísticas, que ya son muchas. Con ambos, el Málaga esquivó golpes y asestó mazazos.

Cuesta arriba

Y eso que el partido se presuponía complicado y cargado de tensión. Pero fue saltar al césped del Ciudad de Valencia -en perfecto estado- y la alegría por abandonar la arena de La Rosaleda hizo el resto. El encuentro resaltaba dos conjuntos con dos ideas muy diferentes de aplicar su fútbol. El Málaga manejaba el tiempo y el balón, pero sin profundidad sobre la meta de Munúa, lo que restaba credibilidad a su dominio. El Levante, sin embargo, buscaba la portería de Caballero en pocos chispazos con Martins como principal estilete. Willy frenó al nigeriano en varias ocasiones y de ahí que el meta argentino siguiera aumentando su club de fans una semana más.

Pero el colegiado decidió tomar protagonismo. Primero señaló un penalti de dudosa interpretación en el área malaguista. Barkero no perdonó. Y antes del descanso, compensó con otra pena máxima en un vuelo sin motor de Baptista en la casa granota. La «Bestia», capitán ayer, ya suma. Isco, estrella desde antes de la lesión del brasileño, sigue creciendo y materializó el penalti. No hubo galones posibles para quitarle el balón y el posterior gol al «22».

El paso por vestuarios sirvió para apretar clavijas y estrechar conceptos. El Málaga creía en lo que hacía y solo era cuestión de tiempo que encontrase la recompensa. Pero más allá de trabajo y obediencia, el fútbol es arte e Isco, a pase de Toulalan y nada más arrancar la segunda mitad, no perdonó cuando pisó área por segunda vez. Batió a Munúa y certificó la remontada con una finalización que le delata: un genio.

A partir de entonces, las riendas del choque fueron totalmente blanquiazules. La seguridad de los triunfos, la certeza de ser un equipo superior y del trabajo bien hecho solidificó el pensamiento de que los tres puntos volaría para Málaga. No fue tan fácil, pero superar al Málaga parecía ya imposible.

Desde el gol, todo comenzó a funcionar con la eficacia de una máquina bien engrasada. Gámez cerraba líneas inquebrantable. Sánchez y Demichelis eran infranqueables. Antunes, más sobrio, cerraba su flanco y administraba sus subidas. La guarda pretoriana formada por Iturra y Toulalan se comió al Levante. Y mientras, la magia de Isco, la figura de Baptista y el carrusel de cambios que dieron refresco hicieron el camino hasta el final un paso seguro hasta la victoria.

El Málaga desquició a su rival, mandó un mensaje a navegantes y certificó que su maquinaria a punto a una semana y media para la cita más importante de su historia. Todo ello gracias al buen hacer de cada una de sus figuras, pero sobre todo, por el elevado protagonismo de su gran estrella: Isco Alarcón.

SobrealienteLa media inglesa

El Málaga no gana en casa, pero sí lo hace lejos de ella. El conjunto blanquiazul volvió a sumar un triunfo fuera de La Rosaleda. De los últimos cuatro encuentros a domicilio, el equipo de Pellegrini ha conseguido tres victorias. Buenos números que invitan al optimismo.

AprobadoBaptista, con protagonismo

Fue una gran noticia ver a Julio Baptista de titular con el Málaga CF ayer. Además, el brasileño, aunque aún no está a su mejor nivel, dejó muy buena impresión y aportó mucho al equipo. El brasileño, además, fue capitán del Málaga. En total jugó 80 minutos. La «Bestia» ha vuelto.

SuspensoLa dureza del Levante

Pese a que no fue un partido duro, sí hubo algunas jugadas subidas de tono del Levante. El conjunto granota destaca en ciertos momentos por la dureza que emplea en sus jugadas. David Navarro, Vyntra o Juanfran dejaron buena muestra del juego sucio.