«He pasado malos momentos, pero todo llega. He conseguido marcar y antes de un partido muy importante». 18 meses después, 546 días más tarde, Julio César Baptista volvió a mirar al cielo, levantando los brazos al aire, para festejar un gol. Sólo él sabe qué dedicatoria llevaba el 1-2 con el que el Málaga CF fulminó al Rayo en Vallecas y reactivó sus opciones de Liga de Campeones en la Liga (1-3 al final). La «Bestia» no marcaba desde el día de su 30 cumpleaños, cuando anotó de chilena el gol de más bella factura de la Liga BBVA 2011/12, el 1 de octubre de 2o11. Pasado su calvario de lesiones, primero en el dedo del pie, luego el sóleo, más tarde en el tendón de Aquiles, intercalando estos problemas con varios percances físicos, el brasileño se elevó para marcar de cabeza a saque de un córner. Actuó ayer de «9», con Joaquín por detrás, y aunque no firmó un partido perfecto, ese tanto le redime. Han sido 546 días. Demasiados. Anotó ante el Rayo su undécimo gol con la camiseta malaguista en 20 partidos de Liga. Y es que su presencia en el once inicial liguero es sinónimo de éxito. El Málaga no ha perdido ni uno sólo de sus 15 últimos encuentros con él como titular en la Liga BBVA. Hay que remontarse al 29 de enero de 2011 ante el Zaragoza (1-2) para encontrar un traspié. Más de dos años. Saliendo desde el banquillo es otra historia. De hecho, el equipo cayó ante el Betis (3-0), el pasado 24 de febrero, de forma estrepitosa. Pero nunca como titular. Tras su larguísima lesión volvió a la competición frente al Real Zaragoza hace menos de dos meses, el 2 de febrero (1-1). Y, desde entonces, ha participado en otros seis encuentros: Levante, Athletic, Betis más Rayo, además de los dos ante la eliminatoria ante el Oporto. En Vallecas disputó 67 minutos, con lo que sigue sin completar un partido entero. Su experiencia será clave el miércoles ante el Borussia Dortmund, otro partido histórico que se nos viene encima.