El fútbol nunca deja de sorprender a propios y a extraños. Siempre esconde un as en la manga, un regalo para la vista o un giro inesperado de los acontecimientos como si fuera el desenlace de la mejor novela jamás contada. Ayer Pedro Morales fue esa grata sorpresa que te provoca una sonrisa desde la butaca del estadio o desde el sofá del salón de casa. El chileno, un completo desconocido para el malaguismo, se enfundó por vez primera la casaca malaguista desde el inicio y fue el pilar fundamental en el que se sostuvo el Málaga para lograr la importantísima victoria de ayer tarde en Vallecas.

El triunfo malaguista lleva el sello de «Pokegol» -como lo apodaban en Chile-. El último en llegar a Martiricos puso dos asistencias milimétricas a las cabezas de Weligton y Baptista y cerró su magnífica actuación con un gol de bandera. Desde luego, fue el hombre del partido. El MVP del día. Nadie podrá negarlo hoy. Y hay que quitarse el sombrero con el jugador y con los que apostaron por él, como Husillos primero y Pellegrini después. Morales por momentos pareció la mejor versión de Duda, pero con su pierna diestra. Un guante que puede aportar mucho en este tramo final de Liga. No así en Champions, donde no está inscrito.

Pero los árboles no deben impedir ver el bosque. Y si ayer Pedro Morales fue el bueno, el que tuvo las musas de cara, el resto de malaguistas también rayó a un alto nivel. Fue la clara demostración de que el mejor Málaga ha regresado tras una travesía por el desierto de la Liga. Cinco jornadas después, el equipo de Pellegrini encontró de nuevo el camino de la victoria en la competición nacional para reengancharse al tren europeo y para asestar un duro golpe a un rival directo.

La victoria de ayer en Vallecas, estadio maldito hasta la fecha, certifica la implicación y el compromiso de la plantilla. No era fácil afrontar un duelo de estas características con el histórico partido de Champions contra el Dortmund a la vuelta de la esquina. Pero estos jugadores, en los que Pellegrini depositó toda su confianza una vez más, volvieron a dar un paso al frente para mostrar la calidad, el oficio y el buen juego que les atesora y que los devuelve a la primera línea también en la Liga.

Y como era un día de estrenos, Baptista presentó sus credenciales de goleador este curso -no marcaba desde el 1 de octubre de 2011- y Weligton también perforaba la portería rival por vez primera este curso. Fue como quitarle el precinto a un bonito regalo.

Y en esa ensalada de celebraciones, estrenos y rachas negativas truncadas, el Málaga regateó al cansancio y a las lesiones. Si se miraba de reojo al partido de Champions, no hay mejor medicina que enchufarse de moral con una victoria. El triunfo va directamente a las piernas de los protagonistas, que afrontarán el duelo con el Borussia contentos por superar este «match ball» liguero.

Partido serio

Sobre el césped esperaba un buen rival. El Rayo, revelación alegre de la Liga, amenazaba en convertirse en una tormenta para el Málaga. Pellegrini optó por no hacer demasiadas rotaciones. Salió con el equipo de gala e introdujo sólo una novedad importante, la de Pedro Morales. El chileno comenzaría en la derecha, casi sin querer hacer ruido. Y dejaría el protagonismo a los Isco, Joaquín, Toulalan, Demichelis, Baptista y compañía.

Pero este Málaga, lejos de tener la frescura y el desparpajo de semanas pasadas, muestra unos argumentos dignos de un equipo currante y ordenado como pocos. Desde la defensa, desde el rigor táctico comenzó a sumar, sabedor de que la luz se encendería tarde o temprano en alguno de los de arriba. El Málaga cerró las vías de escape del Rayo, le apretó en la presión y aprovechó la ausencia de Trashorras para ahogar su salida de balón. Tardaron en brillar el póker de atacantes, pero cuando lo hicieron, el fútbol volvió a ser blanquiazul.

La primera mitad fue de marcada igualdad. Weligton adelantó a los malaguistas en la primera demostración de Morales y de su exquisito guante en la diestra. Pero Piti no tardó en poner la igualada en un penalti que se sacó de la manga Tito y que Iglesias Villanueva señaló casi con rubor.

Al descanso, las sensaciones eran positivas, pero había que materializarlas. Y así fue en los segundos 45 minutos, donde el Málaga se hizo dueño del balón y de las ocasiones. Apenas algún susto de Lass puso en aprietos a Willy. Pero de la mano de Isco, Joaquín y Baptista, además de Pedro Morales, el Málaga se lanzó a por la victoria.

Encontró el chileno a la «Bestia» en uno de sus teledirigidos centros. Ni mil jugadores del Rayo habrían parado su cabezazo lleno de ímpetu y cargado de energía para dejar atrás horas y horas de rehabilitación. Para un jugador como Baptista, la fecha de su reaparición comienza a contar el día que vuelve a marcar. Lo de antes es paja.

A partir de entonces, con el 1-2, ya fue coser y cantar. A la contra el Málaga perdonó. Hasta que el balón volvió a caer a Pedro Morales en la frontal. Pellegrini seguramente colocó al chileno por su potente golpeo en un campo de reducidas dimensiones como el de Vallecas. Y acertó. La conexión chilena llevó al Málaga a la victoria. Dulce previa para el duelo de Champions.

El resumen y los goles del Rayo 1-3 Málaga

SobresalienteEl goal average

El partido de ayer era de cuatro puntos por la cercanía de ambos equipos en Liga. El Málaga cayó derrotado en la ida por 1-2, mientras que ganó ayer 1-3 en tierras Vallecanas. Así, en caso de empate a puntos, el Málaga se asegura quedar por encima del Rayo en la Liga. El triunfo y por dos goles de diferencia fue decisivo.

AprobadoEstreno goleador

Los tres goleadores de ayer con el Málaga se estrenaron en Liga. Baptista y Weligton marcaron su primer gol este curso, mientras que Pedro Morales marcó su primer tanto como malaguista y en España. Un buen inicio para los tres jugadores.

SuspensoLa piscina de Tito

Es una lástima que los propios jugadores intenten engañar a los colegiados. El penalti de Willy sobre Tito genera serias dudas de que finalmente lo fuera. El zaguero del Rayo hace mucho por intentar que el meta malaguista le tocase.

@JoseCriadoOpi