Cuando Pellegrini llegó a Málaga hace un par de temporadas, con el equipo en una situación clasificatoria difícil, con un estilo de juego con enormes lagunas defensivas y un entrenador (Jesualdo Ferreira) que perdía credibilidad día a día, comenzó lo que hoy en día es nuestro Málaga, un equipo cuyo juego y estilo enamora a media Europa (o a casi toda). No fue fácil, muchos dudamos durante bastantes jornadas de que don Manuel fuera capaz de salvar al equipo, y que pudiera imponer y mantener el estilo de juego que tantos resultados positivos le dio en Villarreal o en el mismo Real Madrid.

La prensa madrileña enamorada por el hoy denostado Mourinho, le criticó duramente en su estancia en Madrid y además le ninguneó por haber aceptado el proyecto del jeque. Pero Pellegrini es como es, ni se inmutó, fue fiel a su ideal futbolístico, consiguió enderezar el rumbo la primera temporada, nos maravilló en su segunda campaña y nos conquistó en esta histórica temporada. Y además ha mentalizado a sus jugadores de que no están en la Champions para pasar el rato, sino para conseguir lo máximo posible. Les ha hecho ver y sentir que son capaces de alcanzar aún, mejores objetivos.

Por eso esta noche vuelve a ser maravillosa, porque estamos seguros que solo nos eliminará un gran equipo, mejor que el Málaga. Y eso amigos, no va ser fácil, ni mucho menos. El Borussia Dortmund es un rival duro, alemán que se dice, cuenta con grandes futbolistas Lewandowski, Sahin... Nos lo va a poner difícil, pero hoy por hoy, con permiso del Barcelona, el Málaga es capaz de ganarle a cualquier equipo.

Disfrutemos de los cuartos de final de la mejor competición de clubes del mundo, porque estar entre los ocho mejores equipos es un privilegio que muy pocos conjuntos españoles han conseguido.

Por eso, gracias don Manuel por ser fiel a su estilo de juego, porque con usted han venido grandes futbolistas que de otra forma no hubieran aceptado este reto, por haber capitalizado al Málaga con futbolistas desconocidos y hoy convertidos en grandes jugadores, por hacer que una afición acostumbrada a cotas menores esté ahora mismo en una nube con fuegos artificiales incluidos.

A disfrutar, que Wembley no está tan lejos...