El blanquiazul y el amarillo chillón no pegan ni con cola, pero las aficiones del Málaga y del Borussia Dortmund demostraron que sí. Desde la noche del martes hasta después del partido, ambas hinchadas hicieron un clínic de cómo deben comportarse dos aficiones rivales. El Centro de Málaga se convirtió en la sede social de todos los aficionados alemanes, cerca de 3.000, que se desplazaron a la Costa del Sol para apoyar a su equipo, y los malaguistas y malagueños los recibieron con los brazos abiertos, dato que, tristemente, es noticia en el mundo del fútbol, donde desplazarse a la mayoría de países para animar al equipo de tus amores suele ser una misión de riesgo.

Por suerte, germanos y boquerones pertenecen a ese raro grupo de aficiones que prefieren confraternizar y brindar con deportividad antes que tirarse los trastos a la cabeza. La cerveza corrió por todos los bares del centro malagueño, pero sirvió para exaltar una amistad entre dos pueblos bien diferente.

Durante estos días que la marea amarilla ha invadido la capital costasoleña, la afición blanquiazul ha actuado como un impecable anfitrión y los establecimientos del centro han recibido a la hinchada alemana con los brazos abiertos, sabedores del poder adquisitivo del país germano y la capacidad de ingerir cerveza de sus gentes. Y es que los locales malagueños han hecho su particular agosto en unos días que habitualmente son muy malos para los hosteleros, justo después de la Semana Santa.

Risas, vacile sano, «pescaíto» frito, intercambio de bufandas y camisetas y cerveza, mucha cerveza... fueron los principales lazos de unión entre malaguistas y seguidores del Dortmund. Salvo insignificantes excepciones, y aunque las ingestas de cerveza hayan sido astronómicas, los alemanes desplazados a Málaga con motivo del partido han dado una lección de comportamiento cívico, muy distante de los energúmenos del Anderlecht, que vinieron a Málaga para sembrar un campo de batalla con la Policia Nacional o el grueso de hinchas lusos del Oporto, que también protagonizaron varios incidentes.

Tras la gran acogida, los alemanes se marchan muy agradecidos rumbo a Dortmund y seguro tendrán en cuenta su estancia en Málaga a la hora de recibir el próximo martes a los 2.000 malaguistas que acudirán al Westfalenstadion de Dortmund.