Debe el buen malaguista quedarse para recuerdo de una temporada memorable sólo con algunos flashes del partido de ayer en Barcelona. Está obligado el aficionado del Málaga a recordar el golazo de Pedro Morales, las últimas galopadas de Joaquín, la potencia de Baptista, o la magia de Isco. Los últimos 45 minutos del Málaga fueron el mejor regalo de despedida posible a esta campaña de ensueño, pero no así la primera mitad, donde el conjunto blanquiazul fue un equipo vulgar, sin intensidad y prácticamente con la cabeza en las vacaciones.

La temporada merecía un último empujón, un regalo al malaguismo con el que resultares en estos meses de tempestad que arrecian casi desde ya. Pero no. El conjunto blanquiazul entendió mal el concreto. No fue competitivo y acudió al choque como si fuera un día festivo, una jornada de meramente de despedida. Curiosamente el Málaga era el único que se jugaba algo serio ayer de los dos contendientes, pero no lo pareció y la sexta plaza se complicó desde el primer minuto -luego el Levante echó una manita-.

Casi antes de tomar asiento el respetable del Camp Nou, el Barça ya goleaba. Nada nuevo, solo que ayer no estaban sobre el césped culé ni Messi ni Valdés. Dos detalles importantes que echaban más gasolina a la idea de que la «torta» malaguista era de aúpa. El equipo de Pellegrini era un espectador más. Un visitante que acababa el Tour en el estadio azulgrana con una pachanga sobre el césped del Camp Nou.

Villa no tardó en perforar la meta malaguista (4´), luego Cesc se regateaba a medio Málaga para marcar a placer (14´), y Montoya se estrenaba como goleador con un potente disparo (16´). Tres tiros, tres goles. Desde luego, el Málaga no se había presentado a la cita. No ejercía ni de esparring para los azulgrana.

Visto lo visto, la jornada de despedidas llegaba una semana tarde. Para muchos lo fue ante el Deportivo en La Rosaleda. Lo de ayer no dejaba de ser un papelón, un mal trago. Al descanso el Málaga apenas había acumulado ocasiones y nada hacía presagiar un cambio de rumbo en la segunda parte.

Sin embargo, no se sabe muy bien qué le dijo Pellegrini en el vestuario a sus chicos para que la imagen cambiase tanto en los segundos 45 minutos. En esa última charla del chileno como entrenador del Málaga seguramente recurrió a la necesidad de acabar el curso con una buena imagen, apeló a los grandes momentos del año y les pidió que disfrutasen del último choque con la elástica blanquiazul.

Lo cierto es que tuvo su efecto. Salió Pedro Morales desde el banquillo por un desdibujado Santa Cruz, y el chileno volvió a hacer maravillas con su diestra.

Isco comenzó a ser Isco. Baptista seguía estrellado con la meta rival, pero ahora era Pinto el que acababa con sus ilusiones. Y Joaquín levantaba añoranzas y lamentos blanquiazules en cada regate y galopada. El del Puerto incluso se fue ovacionado del Camp Nou, un mérito al alcance de pocos.

Las ocasiones ya se agolpaban en la cuenta malaguista. Méritos suficientes para subir algún gol al marcador. El partido había ganado en intensidad y también en igualdad, pero era de nuevo Iniesta el que perforaba la meta de Caballero (52´).

El Málaga siguió a lo suyo y fruto de ello llegó el golazo de Pedro Morales, con una perfecta volea a la escuadra de Pinto (56´). Ya no se volvió a mover el marcador, pero el equipo de Pellegrini siguió intentándolo. Sobre todo Baptista, que casi fue frustrante no verlo marcar ayer.

La derrota no empaña una gran campaña. Un curso que dijo ayer adiós, aunque sin la guinda esperada de la victoria. Ahora, todas las miradas se dirigen al TAS.

SobresalientePedro Morales, el último goleador

El último gol de la temporada fue obra del chileno Pedro Morales. Un golazo para enmarcar que puso el punto final al apartado goleador blanquiazul. Si el primero del curso fue obra de Fabrice Olinga en Vigo, ayer en Barcelona lo puso Morales.

AprobadoIsco y Caballero, de estreno

Entre varios jugadores malaguistas, llamaba la atención que Caballero e Isco no hubiesen jugado aún en el estadio azulgrana. Ayer pudieron hacerlo, aunque sin demasiada fortuna. Ni el argentino tuvo su mejor día ni el malagueño consiguió marcar. Además, Isco se fue entre silbidos por el interés del Real Madrid.

SuspensoFin de año goleados

Sin duda, la imagen que ofreció ayer el Málaga no fue ni mucho menos la mejor para despedir el curso. El conjunto azulgrana pasó por encima del blanquiazul casi sin oposición. El equipo de Pellegrini dijo adiós con un mal sabor de boca.