Francisco Portillo llama a las puertas del estrellato a porrazos. El canterano parece haber encontrado su sitio en el Málaga CF tras varias temporadas de intermitencia. Su crecimiento ha sido paulatino y ahora, como joven veterano, es uno de las estrellas y de los líderes del equipo de Schuster.

Sin embargo, el propio Portillo quiere ser por ahora uno más: «No me considero el nuevo líder de este Málaga, soy un jugador más y todos somos iguales. Estoy feliz de poder aportar», asegura con humildad. Pero su figura ya representa sobre el césped los valores del malaguismo que habían quedado huérfanos desde este pasado verano. Se dice que las comparaciones siempre son odiosas y a Portillo le llegan voces que lo comparan con Isco Alarcón.

Hay grandes similitudes entre ambos y el malaguismo se aferra ahora a Portillo como en su momento lo hizo con Isco buscando unas señas de identidad claras. Malagueños, jóvenes y con calidad a raudales, ambos ocupan casi la misma posición en el campo, levantan al público de sus asientos con sus jugadas y enarbolan la bandera malaguista con orgullo.

El malagueño de Benalmádena, ahora en las filas del Real Madrid, tuvo un paso fulgurante por el equipo de su tierra en apenas dos años. Sin embargo, se erigió como la bandera de un proyecto en el que había estrellas, pero también calidad autóctona.

Ahora Portillo escribe su propia historia, sin vivir bajo la sombra de nadie. Y así lo asume, con madurez y ambición. Ayer en sala de prensa el malagueño se desvinculó de cualquier comparación con su excompañero y amigo Isco Alarcón con una rotundidad pasmosa. «No soy el nuevo Isco, Isco es Isco y Portillo es Portillo, no se pueden hacer comparaciones. Él es un gran jugador que ha hecho las cosas muy bien aquí y yo espero hacerlo así también. Siempre he dicho que para mí es un halago que me comparen con él», apuntaba. A la vez que se quitaba la presión de ser un líder, a sus 23 primaveras. «No me considero un nuevo líder. Soy un jugador más y todos somos iguales», explicaba.

Lo cierto es que éste sí puede ser el año de Portillo. O al menos así lo espera el jugador y los que le rodean cada día. Debutó hace cinco temporadas con el Málaga, pero sus apariciones han sido intermitentes en los últimos años.

Ya ha cumplido más de 50 partidos con la elástica blanquiazul, pero en lo que va de curso ya ha igualado sus registros goleadores en las cuatro anteriores temporadas. El gol es su punto a mejorar, ya que sólo suma cuatro tantos en Primera, pero este año está decidido a romper todos los registros. «Me siento más a gusto donde estoy jugando ahora, pegado a la banda y rompiendo por dentro, me entiendo muy bien con Jesús Gámez», admite, a la vez que también niega ser el nuevo Joaquín.

En el horizonte, también siguiendo los pasos de Isco, está la selección española, el sueño de cualquier jugador nacional. «Es el objetivo de cualquier jugador, jugar bien, ser regular y trabajar para el equipo. Si algún día me llamara del Bosque para mí sería un orgullo, pero tengo que hacerlo bien aquí. De momento eso está lejano», admitió.

Por último, Portillo guardó un pequeño guiño para el club de su barrio, el CD El Palo, que está siendo una de las revelaciones del curso en Segunda B. «Es un orgullo ver al Palo, tras verlo siempre luchando en Regional, jugar ahora en el Carranza y contra equipos de Segunda B... Como paleño es un orgullo y les deseo toda la suerte del mundo. Se lo merecen», reseñó Francisco Portillo.