Samuel García Sánchez (13 de julio de1990, en Málaga ) puede decir que José Mourinho se enamoró de él deportivamente cuando con 14 añitos dio el salto desde el CD Conejito al todopoderoso Chelsea para jugar en las categorías inferiores del club londinense. Pese a que «Samu» nunca se adaptó a las costumbres y al clima de las Islas Británicas -duró allí tres meses porque echaba de menos su Málaga natal-, en su haber se llevó los consejos de José Mourinho, que siempre creyó en él y al que intentó, por todos los medios, retener en el conjunto blue.

Mourinho, por entonces vivía su primera etapa en el Chelsea tras llegar procedente del Oporto. Pronto tomó las riendas del club inglés, sin descuidar la cantera, a la que dedicaba muchas horas. Fue entonces cuando descubrió a Samuel. Sus cualidades como delantero fascinaron a The Special One y conocedor de sus dificultades para adaptarse a su nueva vida en la residencia del Chelsea, tuvo largas conversaciones con él tratando de hacerle sentir como en casa. Hasta el punto de que «Mou» vio algo en el fútbol del malagueño que le llevó a prometerle que si trabajaba y continuaba su progresión en las categorías inferiores del equipo azul, en tres años le haría debutar con el primer equipo en Stamford Bridge.

Aquello nunca llegó a ocurrir. No por ganas del portugués, sino por el propio Samuel prefirió regresar a Málaga. En esos momentos, el fútbol no era lo prioritario en su vida.

Los que le conocen hablan de él auténticas maravillas: «Es un tipo que te gana nada más conocerle, es sencillo, tímido, un trozo de pan», asegura Salvador Muñoz «Nene», entrenador que le conoce a la perfección y que le tuvo varias temporadas en el CD Conejito.

Hasta convertirse el domingo en protagonista del Málaga CF anotando el gol del triunfo contra el Betis, muchos aficionados al fútbol ni conocían la historia de este delantero, que desde bien pequeño ya apuntaba a estrella. Comenzó en el Puerta Blanca, para después enrolarse en el «Conejito», el equipo de su corazón, del barrio de La Luz, el que le ha visto crecer y convertirse en un hombre.

Pero lo cierto es que no todo ha sido de color de rosa para Samuel, que hasta que firmó con el Málaga para jugar en el filial no acabó de tomarse en serio su profesión. Eso sucedió en la temporada 2010/11, pero antes, su calidad individual y su olfato goleador le sirvieron para maravillar en el Glasgow Rangers, del que también se volvió al no adaptarse-, o equipos como Goyo Riu (Ceuta) Dos Hermanas San Andrés o Alhaurino.

Firmó tres temporadas con el conjunto blanquiazul, pero hasta el segundo año, cuando vio que su continuidad en el equipo no estaba asegurada, cambió definitivamente el chip e hizo del fútbol su prioridad. Ya tenía por entonces 21 años y veía como el tren se le escapaba. Por cualidades no iba a ser, ya que todo aquel que le ha visto jugar coincide que su sino era triunfar en Primera División.

La tranquilidad que le dio su novia y las charlas motivadoras del por entonces director deportivo malaguista, Antonio Fernández, terminaron por centrarle.

Desde ahí, todo ha ido rodado para el canterano. La temporada pasada, Pellegrini ya se fijó en él para completar entrenamientos del primer equipo, pero alguna que otra lesión le impidió entrar en una convocatoria, pese a que la intención del «Ingeniero» era ésa.

Este verano, a sus 23 años y con un Málaga en reciclaje, le llegó su momento. Tras completar la pretemporada a las órdenes de Schuster, Samuel convenció al técnico alemán y el Málaga le renovó y le hizo ficha del primer equipo.

Schuster ha demostrado esa confianza dándole minutos, primero ante el Valencia -su debut en Primera- después frente al Rayo y con una inesperada titularidad en el Bernabéu. Allí le pesó el escenario y los nervios, pero el domingo, ante el Betis, le dio la oportunidad de redimirse. Samuel no falló y su primer gol en Liga le dio aire al Málaga y al alemán.