De un tiempo a esta parte, la animadversión del malaguismo con el Atlético de Madrid ha crecido hasta límites insospechados y la batalla sobre el césped se ha trasladado a los despachos e incluso al entorno. Las presiones a la UEFA del curso pasado para ocupar la plaza del Málaga en Champions, el curioso interés colchonero por muchos jugadores malaguistas -Demichelis y Toulalan-, o la pelea sobre el césped son algunos ejemplos. Tampoco ha ayudado a rebajar esta tensión que José Sosa, la prioridad malaguista para reforzarse este invierno haya recalado contra todo pronóstico en el Atlético. La tensión está en su punto álgido y se espera un ambiente hostil para el conjunto que entrena el «Cholo» Simeone, pese a que suele contar con numerosos aficionados en tierras malagueñas.

Con todo, el Atlético llegará a Málaga con bajas y también pendiente del siguiente compromiso liguero, que le medirá al FC Barcelona. El joven Óliver Torres se perfila como titular para suplir la baja del sancionado Gabi, aunque sería Koke Resurección el que trasladaría su posición.

Por su parte, el brasileño Filipe Luis, defensa del Atlético, destacó ayer como «fundamental» el partido en La Rosaleda y recalcó que «son los mismos tres puntos» contra el Málaga que contra el Barcelona, al que se medirá en la siguiente jornada y con el que pugna por el liderato de Liga.

«Conociendo al entrenador (el argentino Diego Simeone) y nuestro grupo, la gente no está pensando en el Barcelona. La afición a lo mejor sí con todo el revuelo de este partido, pero nosotros no», dijo.