Bernd Schuster ya piensa en el próximo compromiso liguero del Málaga CF, en el que estará obligado a realizar cambios en su once más allá del esquema táctico que deseé emplear contra el Levante, o bien el que viene utilizando con cuatro defensas o el empleado el sábado contra el Atlético de Madrid con una línea de cinco en la retaguardia.

La baja del lateral zurdo Vitorino Antunes, que ante el Levante cumplirá ciclo de amarillas tras ver la quinta contra el conjunto colchonero, obliga al técnico alemán a reestructurar su equipo. A falta de un sustituto natural del carrilero izquierdo -José Manuel Casado aún no ha alcanzado el ritmo de competición necesario y tiene muy complicado llegar a tiempo para la cita del domingo- Eliseu Pereira se perfila como «apaga fuegos» momentáneo. El portugués retrasará su posición y ocupará el puesto de lateral, una posición que no es ajena para él, ya que en temporadas anteriores Manuel Pellegrini se vio obligado a situarlo ahí debido a las lesiones de Nacho Monreal.

Otro que tampoco estará en el Ciudad de Valencia será Marcos Angeleri, que también vio la quinta amarilla el pasado sábado y deberá cumplir contra los azulgrana su correspondiente partido de sanción. Así las cosas, y debido a estas dos bajas defensivas, parece complicado que el entrenador germano se decante otra vez por el planteamiento con cinco zagueros, dos de ellos carrileros. Por su parte, Schuster recuperará a uno de sus pilares fundamentales en el centro del campo en la figura del italo-argentino Fernando Tissone, que se perdió el choque contra los de Simeone también pos sanción.

Tras la jornada de descanso de la que disfrutó la plantilla malaguista el lunes, Día de Reyes, ayer volvieron al trabajo en el Estadio de Atletismo Ciudad de Málaga con la gran novedad de la ausencia de Jesús Gámez, aquejado de unas molestias que le impidieron saltar al césped.

El lateral fuengiroleño arrastra una contusión en el cuarto dedo de su pie derecho, producida en el partido de la pasada jornada frente al Atlético de Madrid, por lo que recibió tratamiento terapéutico por parte de los readaptadores físicos malaguistas y realizó ejercicios en el gimnasio. También el portugués Vitorino Antunes, con algunas molestias, trabajó en el gimnasio y efectuó una sesión más suave que el resto de sus compañeros, que ya comienzan a preparar el choque del domingo ante el Levante con la intención de cerrar la primera vuelta con 23 puntos si gana a los de Caparrós.

El equipo realizó un circuito físico en el interior del estadio y, a continuación, continuó con su labor en el terreno de juego con «rondos» y desplazamiento de balón con paredes y un ejercicio de posesión con el que finalizó el entrenamiento.