Barcelona y Málaga cumplieron con el guión previamente establecido tras el 3-0 de los culés. Los de Martino sólo apretaron el acelerador hasta que el partido estuvo decidido y luego se dedicó a especular ante un Málaga ultra defensivo, que no pudo contener el talento y la velocidad de balón local. Para más inri, los malaguistas siguen negados de cara al gol y no supieron aprovechar tres ocasiones claras que tuvieron ante Valdés -muchas para no meter ni una en un campo como éste-.

40 minutos le duró el invento a Bernd Schuster. Lo que tardó la zaga blanquiazul en despistarse en la salida de un córner y dejar a un jugador que controlara y rematara a gol desde el área chica. Error de infantiles para un Málaga que hasta entonces impartió un clínic defensivo sobre el resbaladizo césped del Camp Nou. Piqué, que a veces se disfraza de delantero centro, aprovechó el regalo de Sergio Sánchez, que le liberó de marca, para destrozar toda la maraña defensiva que ideó el alemán.

Resumen y goles del partido

A partir de ese momento todo se acabó. El Barça siguió dominando hasta el descanso y después el nerviosismo se hizo patente en el Málaga. De camino a los vestuarios, Willy Caballero reprendió a Sergio Sánchez su fallo garrafal en el gol culé y éste no se lo tomó nada bien. Son cosas que pasan en todos los equipos, pero es significativo por lo bien que el conjunto blanquiazul había planteado el partido.

Antes de que el central malaguista se disparase en un pie, el Málaga maniató al Barcelona a su manera. Sobre el papel, la alineación de Schuster no pareció para nada «amarrategui» como él había anunciado en la previa. Línea de cuatro defensas y con dos delanteros en liza, Santa Cruz y Juanmi. Pero tenía truco. El de Coín, volcado en banda, ejerció el rol que en los últimos partidos había desempeñado Samu. Mucho sacrificio y más protagonismo en la parcela de contención y en ayudas en las coberturas que donde de verdad un tipo como Juanmi rinde: el área.

El primer traspiés para el Málaga llegó en el minuto 23 con la lesión de Roque. Los planetas parecen haberse alineado para que Pawlowski tuviera protagonismo esta semana. Primero por su partidazo ante el Servette y después para volver a jugar oficialmente con el Málaga en una plaza tan notoria como el Camp Nou.

Algunos verán oro en la anarquía futbolística del polaco, en cambio, a otros como Schuster, les desespera. Ayer dio razones a las dos vertientes, con acciones de mérito como la amarilla que le arrancó a Piqué en un mano a mano o su capacidad innata para adornarse en el 90% de sus intervenciones, caramelito para sus detractores.

La segunda parte comenzó como la primera, pero en esta ocasión la tela de araña malaguista duró 10 minutos, lo que tardó el Barça en trazar un contragolpe que culminó Pedro tras romper la cintura de Angeleri. Antes, el Málaga tuvo el 1-1, pero Pawlowski primero y luego Juanmi no atinaron con la asistencia de Antunes desde la izquierda.

Cinco minutos después, el cuadro culé dejó el partido visto para sentencia con una jugada made in Barça: Diagonal vertiginosa de Messi que asiste a Pedro para que éste, muy generoso, ceda a Alexis, que sólo tuvo que empujarla al fondo de la portería albiceleste.

Con los tres puntos en el bolsillo, el Barça no quiso hacer sangre y bajó el pistón. Momento en el que Martino dio minutos a Afellay un año y medio después. Aún así, Pawlowski tuvo el gol del honor en sus botas pero no pudo ser. Derrota programada ante un rival de dos ligas por encima.