Sergio Sánchez pasó ayer por sala de prensa para explicar, entre otras cuestiones, el roce que tuvo con Willy Caballero de camino a los vestuarios del Camp Nou en el descanso del partido y que fueron captadas por las cámaras de Canal Plus. «En el mismo momento que entramos al vestuario se arregló. Son lances del partido, uno está muy caliente, nos duele lo que estamos defendiendo y cuando algo te duele hay reacciones. Fue lo más normal. En el grupo hay muy buen ambiente. Con él he vivido etapas anteriores, ha estado al lado mío en muchos momentos y sabemos que hay un respeto mutuo muy grande. También lo entiendo, él es muy competitivo, igual que yo, y le salió de ese momento», apuntó el central.

Sergio fue autocrítico. «También yo he tenido algún momento que he recriminado alguna mala acción de gol de forma no adecuada y me lo han perdonado. Creo que es bueno que haya este tipo de encontronazos y, sobre todo, que en el tiempo de descanso se haya solucionado demuestra el grado de implicación y amistad que hay entre él y yo», aclaró.

Con ese tema ya zanjado, las miras están puestas en el duelo de esta jornada contra el Sevilla. «Para la afición y para nosotros son algo más que tres puntos. Sabemos de la rivalidad, de la intensidad que hay que imprimir, y esperemos llegar con las mejores sensaciones. Con ganas de que llegue el sábado. Llevamos un mes y medio, casi dos, muy bien posicionados, compitiendo muy bien. Tenemos que conseguir ese último pase para materializar ese gol», dijo el jugador malaguista.