Fabio Ricardo Gomes Fonseca (Espinho, Portugal, 18 de agosto 1985) es uno de los nombres que el Málaga CF maneja para reforzar su centro del campo. El jugador portugués, conocido popularmente por su localidad de nacimiento, es un centrocampista de corte ofensivo que gusta al club de Martiricos y que podría ser la alternativa al fichaje frustrado de André André. No en vano, ambos jugadores comparten agencia de representación, por lo que los primeros contactos ya se habrían producido.

Fabio Espinho, de 29 años de edad, ha hecho carrera en Portugal y en Bulgaria, donde esta temporada incluso ha llegado a disputar la Liga de Campeones con el Ludogorest. Salió de la cantera del Oporto y tras pasar por el Espinho, Leixoes y Moreirense, recaló en el fútbol búlgaro hace dos campañas. Ahora acaba contrato y su talento busca equipo.

Este curso ha disputado 41 partidos y ha marcado cinco goles. Seis de esos partidos los ha disputado en la máxima competición continental, llegando a enfrentarse en dos de ellos al Real Madrid. No es su gran fuerte, pero al ser un centrocampista con llegada tiene también acierto y aporta en esos guarismos. Bajito (1,71 metros), puede desempeñar también sus funciones en la banda como extremo.

El centrocampista está de momento en la agenda del Málaga CF, pero algunos rumores colocaban ayer al jugador en la capital de la Costa del Sol e incluso apuntaban a una reunión con dirigentes blanquiazules. Ese extremo fue negado por fuentes del club malaguista a este periódico.

Fabio Espinho es un jugador de corte ofensivo, capaz de dar el último pase o de canalizar el juego ofensivo del equipo. Una función que no ha tenido cabida en los últimos partidos del Málaga CF, donde la mayoría de los mediapuntas han ido desapareciendo poco a poco del equipo.

A sus 29 años, Fabio Espinho buscaría dar un salto a una Liga más potente tras el escaparate de la Champions y tras conquistar el título de Liga búlgara. El Málaga, de momento, rastrea el mercado pero tiene apuntado en su agenda al centrocampista luso, que llegaría con la carta de libertad debajo del brazo.