­La marcha de Moayad Shatat de la vicepresidencia del Málaga CF y el consiguiente nombramiento de Nasser Al-Thani para el cargo ha puesto de manifiesto la inestabilidad del sillón de confianza del jeque en La Rosaleda. Y es que, tras un lustro al frente de la entidad de Martiricos, el jeque ya ha tenido tres vicepresidentes ejecutivos diferentes: el actual, su primogénito Nasser Al-Thani; el anterior, Moayad Shatat y hombre fuerte del grupo NAS en la Costa del Sol; además de Abdullah Ghubn, que ocupó ese puesto en los primeros años.

De los tres «hombres del presidente», sin duda el más mediático sigue siendo Abdullah Ghubn, con un discurso arrogante que ilusionó al malaguismo, pero que después demostró que se trataba de palabras vacías.

Por ello, tras asegurar que el jeque tenía un cheque en blanco para invertir en el Málaga, desapareció del club y la ciudad. Su «desaparición» coincidió con la negativa del jeque a seguir poniendo dinero, pero no fue hasta diciembre del pasado año cuando su nombre desapareció del organigrama del Málaga.

Su puesto lo ocupó Moayad Shatat en el verano de 2012, un hombre con un perfil totalmente diferente al de Ghubn, que durante tres años ha servido como enlace entre la propiedad en Catar y los dirigentes de a pie en el club (Vicente Casado, Mario Husillos o Manuel Novo). Con él al frente, el Málaga ha alcanzado cierta estabilidad pese a la falta de inyección económica de su jefe. Formó un buen equipo junto al director general y deportivo y mantenía buena sintonía con los pesos pesados del vestuario. Pero consciente de la difícil situación financiera del club, la necesidad de inversión económica externa y el inmovilismo de su superior, Shatat ha decidido apartarse.

Su cargo lo asume ahora Nasser Al-Thani, hijo mayor del jeque que ya contaba con poder ejecutivo desde la pasada junta general de accionistas celebrada en diciembre. El primogénito del sheik ha presidido muchos de los partidos del Málaga en La Rosaleda durante la segunda vuelta y ha representado al club en la gala de la LFP.

Ahora, con plenos poderes, el joven de 24 años tiene capacidad para hacer y deshacer a su antojo al amparo de su padre, lo que siembra de incertidumbre la zona noble de Martiricos.