Se consumó lo que era un secreto a voces. Ayer por la tarde se hizo oficial. En torno a las 19.30 horas, el Málaga CF y el Villarreal anunciaron al unísono lo que ningún malaguista quería escuchar: Samuel García y Samu Castillejo se marchan al conjunto castellonense y abandonan el club de sus vidas, donde se han hecho hombres.

El verano no ha podido empezar peor. Tras consumarse la marcha el pasado martes de Juanmi, al Southampton a cambio de siete millones de euros, ayer fueron los «Samus» los que volaron del nido rumbo a Villarreal, a cambio de 17 «kilos» por los dos. De esa cifra, el club blanquiazul sólo ingresará en las arcas de Martiricos en torno a 10 millones por la venta conjunto de dos de los máximos valores de la cantera.

Cabe recordar que en su día, cuando la situación económica de la entidad blanquiazul era más agónica, los dirigentes malagueños vendieron el 55% por ciento de Castillejo y el 10% de Samuel a un fondo de inversión. Por lo que parte del ingreso por la venta irá destinado a dicho fondo, además de a satisfacer pagos y retrasos en sus nóminas.

Los «Samus» pasaron la noche del miércoles en Valencia, tras partir desde Málaga en avión alrededor de las 20.00 horas, y ayer a primera hora de la mañana se dirigieron hacia la localidad castellonense para pasar el pertinente reconocimiento médico. De ahí se dirigieron a la ciudad deportiva del Villarreal para ultimar los últimos flecos de sus nuevos contratos y firmar por cinco temporadas por el «Submarino amarillo».

El Málaga está obligado a reunir unos 20 millones antes de final de este mes de junio para afrontar pagos y evitar cualquier tipo de denuncia queda pueda llegar en verano, y para abonar el primer pago de la cláusula por Nordin Amrabat, que deberá realizarse antes del 30 de junio.

Y ante la enésima promesa incumplida de la familia Al Thani lo ha tenido que hacer de la peor manera posible: malvendiendo a sus tres mejores activos criados en Málaga por cantidades inferiores a las cifras que se mueve en el mercado. Hace escasamente una semana, Nasser Al Thani, hijo del jeque y nuevo vicepresidente del club, anunció un «periodo de estabilidad» y que llegaría una nueva inversión inmediata tras su negativa a vender el club, pero una vez más no ha sido así.

Los rectores de Martiricos han tenido que actuar con celeridad para conseguir el dinero y evitar problemas mayores. Y no es ninguna noticia lo que pasa cuando muestras al resto de clubes que necesitas liquidez urgente. El Villarreal ha olido las «gangas» y ha comprado a los dos «Samus» por 17 millones de euros. El cuadro castellonense se lleva a dos jóvenes talentos, sobre todo en la caso de Samu Castillejo -20 años e internacional sub´21- a un precio que se podría multiplicar en las próximas temporadas.

La realidad es la que hay. Mientras no exista una apuesta fuerte por el club por parte de los propietarios poco cambiará la situación verano tras verano, porque a día de hoy, y sin inversión externa, el Málaga no puede ser «autosuficiente» sin la venta cada cierre de temporada de sus mejores activos. En el inicio de este mercado de fichajes ya han sido Juanmi, Samuel y Castillejo los que han salido, a la espera de alguna salida más para terminar de cuadrar cuentas, y tener un verano más «tranquilo». En principio sólo habrá una nueva venta si es una gran oferta.

En menos de una semana el equipo blanquiazul, y en definitiva su afición, ha perdido a los tres jugadores que encarnan los valores de la cantera, llegando a ser muy importantes en el primer equipo esta temporada que acaba de concluir después de pasar por las categorías inferiores.

«El sentimiento nunca muere». Ése es el lema que aparece en la foto de fondo del Twitter oficial del Málaga CF. Y esa imagen está protagonizada en primer plano por Samuel García y Samu Castillejo, además de Juanmi, vendido también, Darder y Camacho, que todavía no tienen garantizada su presencia en Málaga la próxima campaña, y Weligton.

Con la marcha de los «Samus» no solo se van dos jugadores más de los tantos que han salido de forma obligada en las últimas temporadas, sino que se marcha un trozo de malaguismo, de chavales que sienten el club dentro, como demostró ayer Castillejo con sus palabras de despedida. «El Málaga me ha formado como persona, como futbolista y, como malagueño que soy, el equipo siempre estará en mi corazón». Palabras que demuestran que esta venta no es una más, como la de Samuel García y la de Juanmi. Y eso la afición también lo sabe y ésta sí que no puede perder el «sentimiento», porque es el mayor activo que le queda al club.