El malaguismo, o una parte del mismo, se volvió a ilusionar ayer con el equipo blanquiazul después de un verano convulso. Contra todo pronóstico, unas 5.000 personas se desplazaron por la tarde al estadio de La Rosaleda para presenciar en vivo el primer entrenamiento a puerta abierta de la pretemporada. Una muestra más de la fidelidad de la hinchada malaguista con su equipo pese a todas las dificultades, que no son pocas.

Las realidad superó a las previsiones del club, que no esperaba una convocatoria propia de épocas anteriores, en la que los nombres de los fichajes se trataban de estrellas internacionales.

Así las cosas, desde las 18.00 horas -el entrenamiento estaba previsto a las 19 horas-, la afición ya hacía cola en los aledaños de Martiricos, sin importarle el intenso calor. «Tengo muchas ganas de ver a Kameni y a los nuevos, el Málaga va a hacer un temporadón», aseguró María del Carmen Castillo, mientras esperaba la fila de aficionados en la «Puerta 5», que alcanzó hasta las taquillas del estadio.

A las 19.00 horas, con puntualidad británica, saltaron los jugadores al impoluto césped de La Rosaleda, que en esta ocasión sí parece haber aguantado los estragos del calor veraniego. Encabezados por Amrabat y Tighadouini, la plantilla malaguista atravesó un pasillo formado por los chavales del campus organizado por el Málaga, y se desató la locura en las gradas.

Gritos de «¡Málaga, Málaga!», acompañados por el color de varias bengalas, adornaron los primeros compases de la sesión, que sirvió de paso para que los aficionados malaguistas conocieran, por primera vez sobre el césped, a los nuevos fichajes.

Tighadouini, Juan Carlos, Charles y Espinho fueron los más seguidos del entrenamiento, aunque Carlos Kameni y Arthur Boka, que se entrenó a parte, también fueron muy vitoreados. Precisamente Kameni tuvo que saludar varias veces al público y al finalizar la sesión no dudó en regalar sus guantes a un joven seguidor.

El entrenamiento en sí fue la típica sesión preparatoria de pretemporada, con mucho trabajo táctico que se culminó con un partidillo en dimensiones reducidas. Un duelo que se saldó con un solo gol, cantado por toda la grada, obra de Juanpi Añor a pase de Nordin Amrabat.

Al finalizar el entrenamiento, el equipo dio una vuelta al ruedo en forma de estiramientos, que también sirvió para recoger el cariño de los 5.000 aficionados allí presentes. Las caras de los jugadores mostraban el asombro por ver a tanta gente allí y quisieron corresponder con lanzamiento de balones y bufandas.

La plana mayor del club, con Vicente Casado y Mario Husillos a la cabeza, estuvo presente en el entrenamiento. Siguieron de forma distendida la sesión y departieron con Ignacio Camacho, que también vio los toros desde la barrera.

En todo caso, el Málaga pone así el broche de oro a las dos primeras semanas de trabajo en tierras malagueñas, antes de partir hoy a Alemania para jugar los dos primeros bolos veraniegos. Una iniciativa por parte del club que ya se ha hecho un clásico en las pretemporadas y que no hacen otra cosa que acercar al equipo con sus aficionados. Ayer fue la primera pero no será la última.