Se acabaron los partidos del Málaga como visitante. Se acabaron los recibimientos del equipo capitaneado por Javi Gracia en el aeropuerto. Y, también, se acabó ver al Málaga jugar a través de streaming por el ordenador.

Anoche, La Rosaleda volvió a encender los focos, dar volumen a la megafonía, activar los protocolos de seguridad y, sobre todo, volvió a reunir a jugadores y aficionados malaguistas en el templo del fútbol de la capital de la Costa del Sol.

Un año más, antes de la gran cita de agosto, la Feria, todo aficionado al fútbol tiene una cita en Martiricos.

Los seguidores del Lekhwiya sí tuvieron que ver por streaming el partido de los suyos, y es que ésta era la única manera de disfrutar del encuentro, además de en directo en La Rosaleda. Por ello, las habituales publicidades locales que colorean el estadio del Málaga dieron paso a otras muchas escritas es árabe.

Asimismo, una gran delegación de representantes del conjunto catarí se desplazaron hasta la capital malagueña para apoyar a los suyos.

Había expectación por saber cómo iba a recibir La Rosaleda a Sergi Darder, que está protagonizando uno de los culebrones del verano, ya que el Málaga ha rechazado una oferta del Olympique de Lyon por él. El futbolista quería salir, pero el club no lo ha permitido. No jugó en la gira sudamericana y en Málaga ha estado varios días si entrenarse por un problema físico. Ayer, el futbolista realizó carrera continua antes de que comenzase el partido, sobre el mismo césped de La Rosaleda. Y después se sentó en el banquillo, vestido de calle, sin ponerse el chándal del club. Desde esa ubicación vio el partido.

Un encuentro para el que había muchas ganas, ya que incluso, varias horas antes de que arrancara el encuentro, ya desfilaban camisetas blanquiazules, y muchas moradas, por la avenida de Martiricos. Había ganas de fútbol, ganas de ver en directo las nuevas caras del Málaga CF.

En cada ocasión de gol, La Rosaleda se convertía en una fiesta. Pese a que el estadio acudiesen menos de 12.000, los dos fondos se encargaron de arrancar a los asistentes del choque de sus asientos.

El argentino Tissone, después de recibir un balonazo que se sintió en toda la grada, despertó la simpatía de los aficionados y, al sacar un córner, provocó que el estadio se viniera arriba y se comenzara a cantar el himno del Málaga a capela.

Las mayores ovaciones, además de Tissone, se las llevaron Duda, Amrabat y Duje Cop.

Las sensaciones generales de la afición son, un año más, de ilusión y confianza en el proyecto que está diseñando Javi Gracia de cara a la próxima temporada.

El balón ha comenzado a rodar, los aficionados están todos ataviados con sus camisetas... Ya se puede oler el inicio de Liga.