El Málaga-Real Sociedad de mañana por la noche en Martiricos será un partido soso y descafeinado si atendemos a los números de uno y otro, muy lejos de lo que antes de comenzar la temporada se esperaba de ellos. Pero ambas escuadras cuentan con argumentos futbolísticos más que suficientes para que el duelo nocturno resulte atractivo.

Con los números en la mano, el Málaga tiene todas las de perder. No ha comenzado ni mucho menos bien la temporada, en la que aún no sabe lo que es ganar ni marcar, registrando un nuevo récord negativo de 540 minutos sin ver puerta. Eso sí, acude al partido con la necesidad de ganar para salir de los puestos de descenso, pero con la moral crecida tras el meritorio e inesperado empate del pasado sábado frente al Real Madrid en el Santiago Bernabéu.

Si hay un aspecto futbolístico en el que Málaga y Real Sociedad coincidan en lo positivo, ése es sin duda la solidez defensiva. En ese sentido, los malaguistas, con solo tres goles encajados, superan a los donostiarras, que en ese sentido están en alza al acumular 360 minutos sin encajar gol gracias a la dupla Reyes-Iñigo, la que formará en La Rosaleda salvo sorpresa mayúscula.

Los números no hablan bien de los dos equipos, pero ambos han tenido oportunidades de conquistar más puntos. El Málaga aún no ha ganado y la Real solo lo ha hecho una vez, pero ambos acumulan tres empates en los que en muchos casos mereció más.

En todo caso, y pese a las espectativas puestas en los dos equipos tras los refuerzos del verano, ni Javi Gracia ni David Moyes han conseguido dar con la tecla y el nerviosismo en ambas parroquias es latente. En Martiricos porque el equipo no gana ni marca y en muchos encuentros tampoco ha generado ocasiones de gol ni juego; mientras que por tierras donostiarras la afición esperaba mucho más de una plantilla que cuenta con Carlos Vela, Illarramendi, Jonathas o Agirretxe.

Así, tanto Javi Gracia como David Moyes tienen contrato hasta el próximo junio y a día de hoy ninguno tiene asegurada su renovación. Sobre todo el inglés que es el cuarto entrenador que más cobra de toda Primera División.