Las caras de los jugadores malaguistas eran completamente diferentes a las de las pasadas semanas en la vuelta a los entrenamientos tras el triunfo del último encuentro de Liga frente a la Real. Las sonrisas que mostraban los hombres de Javi Gracia eran síntoma claro de que la victoria sobre el cuadro donostiarra ha llegado al equipo como bálsamo en un momento idóneo.

Muy difíciles hubieran sido estas dos semanas sin partido, provocado por el parón por los compromisos de los combinados nacionales, en caso de no haber logrado un resultado positivo el sábado en La Rosaleda frente al conjunto vasco. Sin embargo, el conjunto blanquiazul consiguió con una sola victoria, primera de la temporada tras siete encuentros, disipar las primeras dudas que rondaban en torno al cuadro dirigido por Javi Gracia, conseguir los primeros goles de la temporada y salir de los puestos de descenso después de tres jornadas ocupando uno de los tres últimos puestos de la tabla tras el mal comienzo de Liga.

Sin duda, los tres puntos de este pasado fin de semana, a pesar de que el juego desplegado por el equipo no fue nada brillante, no han podido venir en un mejor momento para que la plantilla blanquiazul afronte este parón liguero de otra forma y con más optimismo de cara a las próximas semanas de competición. Y también para que la afición empiece de nuevo a confiar en un equipo que ha generado dudas en el primer mes y medio de competición oficial y que recibió algunos pitos en la segunda mitad pese a ir por delante en el marcador.

El parón viene de perlas al Málaga se mire por donde se mire. Por un lado, el equipo costasoleño tiene ahora dos semanas de puro entrenamiento para seguir ensamblando el equipo y pulir los defectos cometidos en este arranque de competición, con el único hándicap de tener que hacerlo con la ausencia de los cinco internaciones convocados por sus selecciones (Filipenko, Horta, Cop, Rosales y Mastour).

El parón viene también de lujo para terminar de recuperar a jugadores importantes de cara a la visita a Mestalla del próximo sábado 17 de octubre. Hombres de la importancia de Ignacio Camacho o de la veteranía de Roque Santa Cruz podrían estar presentes en Valencia si todo marcha según lo previsto. Capital, sin duda, el regreso del mediocentro maño al equipo tras la lesión, más si cabe tras las sanciones que deberán cumplir Recio, por acumulación de cinco amarillas, y Tissone, por su expulsión frente a la Real Sociedad. También podría estar listo Arthur Boka, que sufre una rotura en el gemelo que lo iba a tener apartado de los terrenos de juego en torno a tres semanas, justo para el encuentro frente al conjunto che. Y quizás hasta podría estar disponible Hachim Mastour, si de aquí al día del choque la FIFA da el visto bueno para que el joven marroquí de 17 años pueda debutar con la elástica blanquiazul.

Todo ventajas para un Málaga que se ha cargado de moral y optimismo tras el empate frente al Real Madrid en el Santiago Bernabéu y, sobre todo, con la victoria sobre el conjunto de David Moyes. Pero que ahora deberá continuar en línea ascendente para seguir progresando en la tabla y recuperando a su afición. Y lo podrá hacer, salvo en la visita a Mestalla, frente a rivales de «su» Liga, con un calendario que suaviza en las próximas semanas.

Partidos frente a Deportivo de la Coruña, Betis y Granada en casa (jornadas 9, 11 y 13) o ante el Sporting de Gijón y Espanyol lejos de Martiricos (jornadas 10 y 12) han de servir para que el conjunto malagueño confirme su mejoría y de un salto en la clasificación para comenzar a ver los puestos de descenso de lejos.

Los primeros pasos ya están dados, pero aún queda mucho por recorrer hasta las notas finales de mediados de mayo.