Si hay una pieza que se ha mostrado casi indispensable en el engranaje del Málaga CF y de Javi Gracia, ése es Ignacio Camacho. Con el maño sobre el césped, todo es más fácil... o al menos, hay menos riesgo. Su vuelta a los terrenos de juego tres meses después de su segunda operación de pubis es todo un notición para el malaguismo, un hecho que celebrar y que, pese a jugar en Mestalla, incrementa las opciones de éxito del conjunto blanquiazul.

El maño, pese a su inactividad, apunta a titular sobre todo porque ni Recio ni Tissone pueden ser de la partida por sanción. Sin embargo, en Mestalla, en uno de los feudos más inexpugnables para el Málaga CF y, posiblemente, el lugar donde más reveses arbitrales ha sufrido en los últimos años, también se dictará hoy sentencia sobre si el empate en el Santiago Bernabéu y la victoria sobre la Real Sociedad son un punto de partida en el que comenzar a cimentar la temporada o simplemente una raya en el agua, un acierto con cimientos de barro.

Quizás la exigente plaza no sea la mejor probeta posible para calibrar a este Málaga, pero la competición no espera a nadie y en Valencia tampoco están en estos momento para celebrar las Fallas.

Hoy el Málaga de Gracia visita un escenario complejo aunque viciado. Y es que Mestalla está a un tris de explotar. Bajan turbias las aguas por El Turia y casi es más unánime los que piden la cabeza de Nuno que los que lo apoyan. La exigente grada che unida al mal arranque liguero de los murciélagos, junto a los bandazos directivos e incluso deportivos, han encendido la mecha de la afición naranja, algo que por otra parte no hace falta emplear demasiado.

Así, con un ambiente enrarecido, el Málaga de Javi Gracia se presenta en tierras levantinas con un bidón de gasolina en una mano y con una cerilla en la otra. La intención blanquiazul es la de pescar en río revuelo, aprovechar la ansiedad y el nerviosismo que se puedan trasladas de la grada al césped -o viceversa- y conseguir la segunda victoria malaguista del curso, además de ser también de manera consecutiva.

Desde luego, no será fácil. El Valencia, aunque en horas bajas, es un equipo confeccionado para luchar por entrar en Champions. Con jugadores de caché y fichados a golpe de talonario, los valencianistas incluso se muestran optimistas de acceder a octavos en la máxima competición continental. Es más, es el típico equipo que cuando le sale todo de cara, es capaz de abrazar las mieles del éxito con facilidad.

Nuno, por su parte, ha dejado fuera de la convocatoria a Negredo tras «rajar» del sistema del portugués en una entrevista esta semana en el diario Marca, lo que ha levantado más nerviosismo entre la afición. Paco Alcácer, en estado de gracia, amenaza ahora el buen hacer de la zaga blanquiazul.

Y es que Gracia esconde sus cartas, pero viaja a Valencia con lo puesto, con los hombres que tiene sanos. Camacho, como decíamos al principio, apunta a titular ya que casi no hay otro en su puesto y con sus virtudes. Y queda comprobar sus acompañantes tanto en el centro del campo -Pablo Fornals, Juanpi o Espinho-, como en el ataque, con Charles on fire.