Javi Gracia ha tomado aire. El técnico del Málaga CF hace balance de la primera vuelta, donde ha vivido situaciones complicadas. Pero el navarro no saca pecho ni tampoco guarda rencor. Su Málaga ahora pisa tierra firme, está alejado de los puestos de descenso y tiene varios frentes abiertos, no sólo en el césped sino también en los despachos. Esta es la primera parte de la entrevista que el técnico ha concedido a La Opinión y que mañana tendrá continuidad.

¿Qué balance hace de la primera vuelta del campeonato?

Me gusta más hacer los balances cuando terminan los campeonatos, que es cuando se puede hacer un seguimiento global del equipo. Esto es como un examen parcial, no sé si se elimina materia. Pero en este caso sirve para ver que estamos dando buenos pasos, más firmes, con mejores resultados y con mejora. Y eso nos hace ser más optimista para el futuro. Me motiva la mejora del crecimiento del equipo más que una cifra de puntos que nos haga estar en una determinada posición. A mí lo que más me ilusiona en estos momentos es la trayectoria y la imagen.

El equipo va ahora mismo muy bien, pero llegó a decir en sala de prensa hace un mes y medio que: «Hago lo que puedo, no sé hacerlo mejor», tras el empate en Granada, que a la postre fue el que inició la racha de siete partidos sin perder. ¿Se vio fuera del equipo en ese momento?

Sinceramente, no quiero dedicarle ni un segundo de mi tiempo a pensar si voy a estar fuera del equipo o no. No me reporta nada. Creo que no me ayuda a hacer mejor mi trabajo. Que la situación era comprometida, por supuesto porque la clasificación del equipo era mala y los entrenadores sabemos que todo eso puede pasar. Pero en ningún momento pensé que si perdíamos hoy o mañana me iban a echar.

Pero tampoco parecía que hubiera un caldo de cultivo importante para su salida. La afición no cantó nunca un ¡Gracia, vete ya! y la prensa tampoco era unánime con su culpabilidad...

Sí, sí estaba... Una cosas es la afición y otra, la prensa. Son cosas diferentes. La afición va por un lado y la prensa, en su ejercicio de la profesión, va por otro. Yo sí he visto titulares, portadas y crónicas en las que se daba por hecho y se ponía en tela de juicio mi continuidad. Sí es cierto que en cuanto al aficionado yo no he sentido esa desconfianza, siempre me he sentido muy arropado y por eso he seguido haciendo mi trabajo al cien por cien.

¿Guarda rencor a alguien de esa situación?

No. Yo entiendo a todos. A los que hacen su trabajo y a los que son más críticos. Cada uno tiene su opinión y la tiene que manifestar. Lo entiendo. Y yo, cuando intento hacer las cosas bien, me alegro porque es mi responsabilidad. Pero si algo no quiero es que me tachen de intentar cerrar bocas, todo lo contrario, sobre todo abrirlas y que hablen bien del equipo.

Volviendo al partido con el Granada, parece que el equipo tocó fondo ahí. ¿Qué ha cambiado para revertir esa situación?

Tampoco sé muy bien la razón, porque si lo hubiera sabido lo habría hecho antes. Lo único que puedo decir es que siempre seguimos una línea de trabajo. No hay grandes variaciones entre cuando estábamos abajo y ahora. Las situaciones van cambiando, pero en lo que realmente veo cambio es que el equipo, a pesar de competir bien toda la primera vuelta, contando también la dolorosa eliminación copera, el equipo siempre ha mantenido una línea y nos ha dado mejores y peores resultados. Una línea que confío en que nos hará cumplir nuestro objetivos.

El jeque afirmó con rotundidad en una entrevista en La Opinión el pasado 25 de noviembre que confiaba plenamente en usted pese a los malos resultados. ¿Qué supuso eso para usted?

Bueno, lo agradezco, porque al final somos profesionales y si el propietario del club valora tu trabajo y dedicación, a uno le da satisfacción. Pero vuelvo a decir que no necesito que constantemente me digan que hago bien mi trabajo. Lo agradezco muchísimo, pero me siento en el día a día valorado por mi entorno, por mis jugadores, mi cuerpo técnico, los trabajadores del club y mi afición, con los que puedo convivir. Y con eso ya a mí me es suficiente para sentirme orgulloso de este equipo y para defenderlo de la mejor manera que sé. Sinceramente, hago las cosas de la mejor manera que sé. Intento hacerlo lo mejor posible. No me siento que haya hecho nada diferente ahora. No entiendo la expresión de «no sé hacerlo mejor» como si me rindiera o tirara la toalla. Soy honesto con mi trabajo y con la gente que me rodea, no quiero ni pretendo engañar a nadie.

El jeque parece que tiene más relación en el día a día en el club. ¿Qué relación tienen, han hablado últimamente?

Bueno, hay más relación. Recientemente hablé con él porque me felicitó por ser nombrado como mejor entrenador del mes de diciembre. Me llamó personalmente. Y luego a través de intermediarios o mensajes de ánimos, que siempre está muy pendiente del equipo. Pero también tengo que decir que esos mensajes siempre los ha tenido.

Probablemente su mayor mosqueo público se produjo el pasado verano con la venta de Darder. Ahora, de nuevo, quizás con otras circunstancias diferentes pero vuelve a marcharse un jugador importante como Amrabat. ¿Vuelve a sentir esa desazón?

Ese día no estaba tan enfadado pero creí conveniente en ese momento explicar que no estaba de acuerdo o que no quería formar parte de esa decisión, quería que se supiera. En el club se me había dicho muchas veces que no iba a salir Darder. Y la noche antes a su marcha, a las 12 de la noche, se me comunica que no puede viajar, en la previa del partido con el Barcelona. Realmente no me pareció bien, no sólo esa actuación sino perder un jugador después de todas las modificaciones que sufrió la plantilla, que iba a salir en principio uno o dos jugadores. Creía que se debilitaba mucho el equipo y en el ejercicio de mi responsabilidad creía que tenía que decirlo así. Pero si se asemeja con alguna salida la de Nordin es con la de Juanmi. Situaciones en las que el jugador se quiere marchar y tiene una cláusula y no puedes hacer nada. Por mucho que diga el entrenador, o el propietario, se marcha.

¿Cuántos jugadores le ha pedido a Arnau? O de otro modo, ¿qué necesita ahora mismo el equipo?

Yo creo que mi función es la de sacarle rendimiento a la plantilla que tengo. Está claro que el que mejor conoce la plantilla soy yo, porque convivo con ellos. Y esa necesidad se la traslado ahora a Arnau, que está ahora al cargo de esta situación. En estos momentos, sobre todo lo más prioritario, es traer un jugador de banda, de velocidad y que necesitaba y ahora todavía más.

¿La evolución al 4-4-2, que ha coincidido con el mejor momento del equipo, ha sido una de las claves de la mejoría?

¿Qué cambios? ¿Por qué a Amrabat no se le consideraba delantero cuando jugaba en las posiciones de dentro? Los esquemas son relativos... Cómo juega un equipo no tiene que condicionar la posición del jugador. Para mí, cuando Nordin jugó ahí arriba era delantero. Es delantero. ¿Es rematador de área? No. ¿Va a hacer muchos goles? No, porque no remata bien de cabeza, porque no define muy bien, pero caía muy bien a banda y tenía más movilidad. Sí es diferente cuando él jugaba en banda o dentro. Ése fue el cambio. De jugar en banda derecha, no en banda izquierda. Él también se involucró para jugar en banda porque los jugadores tienen que entender que a pesar de las características individuales, lo importante es el colectivo.

El equipo ahora es un cañón. Tuvo al Sevilla acorralado en su campo. ¿Hemos visto al mejor Málaga?

No sé si es el mejor momento. Lo que sea o no lo sea, para mí no tiene que serlo. Es decir, tenemos mucha temporada, tenemos que mejorar, tenemos que tener regularidad para conseguir una exigencia máxima. Debemos ser ambiciosos y creo realmente que debemos ver esa mejora y esa imagen de crecimiento.