Asoma por la esquina de La Rosaleda el todopoderoso Real Madrid. Lo hace el equipo blanco con sus flamantes estrellas y tras el nuevo rumbo que ha tomado con la llegada de Zinedine Zidane al banquillo. Sin embargo, en el Málaga CF, lejos de achantarse ante la magnitud del rival, se vienen arriba. ¿Optimismo desmesurado? ¿Temeridad? ¿Locura transitoria? Nada de eso. La culpa es del gurú blanquiazul, del hombres que ha convencido a sus jugadores de que la machada es posible, que ganar al Real Madrid en La Rosaleda está al alcance de la mano. Las miradas apuntan al maestro espiritual de la plantilla blanquiazul, a Javi Gracia, el técnico malaguista que ha conseguido plantar cara a los grandes y ensalzar la moral del malaguismo ante una cita de enjundia.

La afirmación no es gratuita. Y es que además de remitirnos a los hechos y a las estadísticas del navarro, los jugadores del Málaga que esta semana han hablado públicamente señalan al técnico como la mejor baza para parar al Real Madrid. Todos tienen esperanzas reales en hincarle el diente al conjunto blanco y más allá de parecer una consigna de vestuario, todo hace indicar que es una meta alcanzable, un objetivo factible de conseguir.

Tiene el Málaga de un tiempo a esta parte la etiqueta de equipo peligroso. No en vano, ha puesto en apuros a los mejores conjuntos de la competición una y otra vez. No ha regalado nada y en más de una ocasión ha dado algún que otro porrazo sobre la mesa. La victoria en el Camp Nou el curso pasado dio la vuelta al mundo, puso en el escaparate a más de un jugador y señaló a Javi Gracia como un gran estratega. Y la realidad es ésa, que el técnico navarro estudia con mimo y con recelo este tipo de enfrentamientos. Desgrana cada opción, calcula los riesgos del rival y coloca a sus jugadores como si fueran fichas de ajedrez, cuidadosamente situadas para cada momento.

Su buen hacer le ha servido también para ganarse la confianza de sus hombres, que le siguen con fe, como si fuera un auténtico gurú, como soldados en el frente de la batalla sin temor a cualquier posible escenario. Así lo han confirmado a lo largo de la semana jugadores importantes del plantel malaguista como Weligton, Rosales, Juankar o Miguel Torres.

El defensa madrileño fue claro ayer en sala de prensa. «El míster trabaja muy bien estos encuentros y espero un campo entregado. Tenemos a un entrenador valiente en este tipo de partidos en su etapa en el Málaga, y también Osasuna. Y tenemos una plantilla solidaria que interpreta lo que él quiere», dijo como si de un profeta o una religión se tratase.

Weligton también se movió en la misma línea a principio de semana. «No hay secreto ninguno. Todos sabemos que el míster y su cuerpo técnico estudian muchísimo a los rivales». Otro jugador como Juankar que está ahora en la sombra sí ha tenido tiempo de empaparse el método Gracia. «Los grandes equipos se nos dan bien, el míster los trabaja muy bien y seguro que les vamos a dar guerra».

Por último, Roberto Rosales admitió en una entrevista a La Opinión su confianza en el técnico. «Javi Gracia es un trabajador nato, todo el mundo lo sabe. Y cuando se trabaja, de una manera u otra, te van a acabar llegando los resultados».

Javi Gracia también demuestra con números, no sólo con sensaciones, su buen hacer. Ante los tres grandes -Barcelona, Real Madrid y Atlético-, el navarro suma tres victorias y cinco empates en 16 partidos, unos números más que dignos contra estas potencias futbolísticas. Sin embargo, Gracia, aunque empató en el Bernabéu en la primera vuelta, aún no ha sido capaz de ganar al conjunto blanco en su etapa como entrenador. Mañana, en La Rosaleda, puede llegar el momento de quitarse esa espinita. Así lo cree él y así lo esperan sus obedientes jugadores.